SARAMAGO

Izquierda

«Nosotros tenemos razón, la razón que asiste a quien propone que se construya un mundo mejor antes de que sea demasiado tarde, pero o no sabemos transmitir a los demás lo que es substantivo en nuestras ideas, o chocamos con un muro de desconfianzas, de prejuicios ideológicos o de clase que, si no logran paralizarnos completamente, acaban, en el peor de los casos, por suscitar en muchos de nosotros dudas, perplejidades, esas sí paralizadoras. Si el mundo alguna vez consigue a ser mejor, solo habrá sido por nosotros y con nosotros. Seamos más concientes y estemos orgullosos de nuestro papel en la Historia. Hay casos en que la humildad no es buena consejera. Que se pronuncie alto la palabra Izquierda. Para que se oiga y para que conste».

José Saramago (16 de noviembre de 1922 - 18 de junio de 2010) ¡Buen descanso, Maestro!

jueves, 22 de abril de 2010

LATINOAMÉRICA

ÁLVARO URIBE, RUMBO AL GUINNESS

La estrategia imperial de Washington se aplica a la letra en Bogotá
Colombia: terrorismo de Estado en nombre de la paz
por James Petras

a primera baja [o elemento de la estrategia] del terrorismo de Estado suele ser la corrupción del lenguaje, la invención de eufemismos mediante los cuales las palabras significan lo contrario y los eslóganes encubren delitos graves: Ya no existe consenso universal para condenar los crímenes contra la humanidad.

Se debe a que los asesinatos y matanzas masivas garantizan la «confianza» del inversor, pues se despoja a los indígenas de sus tierras para que se puedan explotar las minas; desaparecen los trabajadores de las empresas petrolíferas para que el petróleo corra; y la prensa económica internacional elogia el éxito del Presidente en la «pacificación del país».

Cuando los dirigentes de Europa y América del Norte abrazan a los narco-presidentes, queda de manifiesto que los delincuentes se han vuelto respetables y las personas respetables, delincuentes.

Pero en otras regiones otras voces han sentado en el banquillo a criminales de guerra del pasado y el presente.
En Argentina, los generales responsables de los desaparecidos pasan sus últimos años de vida entre rejas. En España, Dubai y otros lugares se han emitido órdenes de detención contra mandos del ejército israelí.

En Malasia, Tony Blair, cómplice de la guerra genocida de Bush en Iraq, debe eludir ser arrestado por los crímenes de guerra cometidos. Colombia, Estados Unidos e Israel, los epicentros del terrorismo de Estado, están solos en la Asamblea General de Naciones; condenados pero, todavía, no sometidos a juicio. Sus días de impunidad se acaban.
Las guerras interminables, la corrupción galopante y las estafas económicas a gran escala (la podredumbre interna) están erosionando la fachada de su poderío militar.

Poniendo de manifiesto las mentiras que sustentan las maquinarias de matar, los escritores e intelectuales desempeñan un papel esencial en la aceleración de este proceso. Empecemos:

Las mentiras de nuestra época

La doctrina de seguridad democrática
(ni democrática, ni para la seguridad personal):

La corrupción del lenguaje acompaña a todos y cada uno de los grandes delitos políticos. El concepto de «seguridad de la democracia» no es una excepción.
En el contexto colombiano actual,
asesinar a dirigentes de movimientos sociales para garantizar la reelección de un partido compuesto por asesinos políticos es democrático.

«Seguridad» es el eufemismo para aludir a los cementerios clandestinos llenos de sepulturas sin lápida bajo las que hay personas sin nombre.
La «libertad de los medios de comunicación» existe cuando proclaman solemnemente otro «triunfo militar importante»… la matanza de campesinos desarmados que estaban labrando sus tierras.

Los economistas son «expertos» cuando anuncian que la economía está creciendo… y sólo las personas sufren.
Los políticos son «estadistas» cuando afirman ser «uno con el pueblo»… excepto con los 4 millones de desposeídos por la fuerza y los 300.000 familiares de los muertos y desaparecidos; los muertos y los desposeídos todavía tienen que apreciar a ese Uno que asegura ser tal «con el pueblo».

Cuando el Presidente afirma que la guerra es la paz, que la militarización es seguridad y que las desigualdades son justicia social, sólo quienes no alcanzan a comprender estas Verdades Oficiales deben temer que llamen a su puerta a medianoche.

La definición oficial de terrorista

Se trata de una persona que no consigue comprender que la senda que conduce a la paz pasa por gastar miles de millones de dólares en aviones de guerra, helicópteros de combate, bases militares y en subcontratar a asesores militares y mercenarios.

Los enemigos de las conversaciones de paz

Según el Presidente, esos grupos de defensa de los derechos humanos que se oponen a la matanza de adversarios y proponen diálogo en lugar de monólogos son los enemigos de la paz; sólo los monólogos garantizan que haya una «verdad oficial», y no otra.

El precio de la prosperidad

Según el Presidente y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la pobreza, el desempleo y los salarios bajos son el precio de la democracia y la prosperidad… pero sólo si son los trabajadores y los campesinos quienes pagan el precio y los ricos los únicos que prosperan.

Una novedosa definición de Soberanía

Según el Presidente, la nueva definición de soberanía es ceder territorio a una potencia extranjera imperialista para que instale siete bases militares que actúen según su propio marco legislativo y ámbito de competencias.
Soberanía equivale a ocupación extranjera.

La nueva definición de subversión

Según el Presidente, los acuerdos humanitarios y las iniciativas de paz son pretextos para la subversión; sus defensores saben de antemano que el Estado no los va a aceptar. En cambio, deshumanizar al enemigo y a los defensores de la paz facilita bombardear aldeas subversivas, los «auténticos» enemigos de la paz.

Sobre alabanzas y condenas

¿Qué dice de un Presidente el hecho de que todos los grupos y movimientos sociales que defienden los derechos humanos lo condenen, y que toda la prensa económica y las instituciones militares lo elogien?

Un Presidente con récords mundiales

No cabe duda de que el Presidente Uribe ingresará en el Libro Guinness de los Récords.

El Presidente cuenta con el respaldo de más narco-diputados que cualquier otro Presidente o Primer Ministro del mundo(incluida Afganistán).

El Presidente es responsable del desplazamiento de más personas (4 millones de refugiados) en el plazo más breve (8 años) que cualquier otro Presidente del mundo. (Ha desbancado a Israel en su medio siglo).

El Presidente ha autorizado la instalación de más bases militares estadounidenses que todos los presidentes latinoamericanos juntos.
El Presidente es responsable de la matanza de más militantes y dirigentes sindicales que cualquier otro líder mundial (1.500).

Por cada primer puesto en muerte y usurpación, el Presidente Uribe merece un nuevo galardón, un premio Innoble.

Pero no es el único. Tres presidentes estadounidenses, tanto demócratas como republicanos (Clinton, Bush y Obama), han suministrado armamento y centenares de asesores por valor de miles de millones de dólares para financiar a 30.000 narco-miembros de escuadrones de la muerte y 300.000 soldados, que desempeñan un papel fundamental en la obtención de los «récords mundiales» de Uribe.

Recordemos y castiguemos los crímenes contra la humanidad del pasado y del presente, pero tomemos la delantera en la búsqueda del diálogo entre quienes están dispuestos a mantenerlo, porque constituyen una mayoría que cree en la paz a través de la justicia.

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América Latina: profundización del antineoliberalismo o restauración conservadora

Emir Sader

La Jornada

América Latina se ha caracterizado en esta década por un viraje espectacular que la ha trasformado de territorio privilegiado de políticas neoliberales en el eslabón más frágil de la cadena neoliberal. Gobiernos que de distintas formas enfrentan los modelos neoliberales han proliferado, pudiendo llegar a 10. A pesar de que la revista británica The Economist anunció que con la crisis esos gobiernos no se extenderían más en el continente –porque la crisis impondría la agenda de la derecha, centrada en el ajuste fiscal y en el combate a la violencia–, desde entonces triunfó el gobierno de Mauricio Funes y del Frente Farabundo Martí en El Salvador.

A partir de la elección de Hugo Chávez, en 1998, la derecha ha intentado, de distintas maneras, recobrar fuerza, tumbar a esos gobiernos y recuperar la apropiación del Estado en sus manos: el golpe de 2002 en Venezuela, el intento de impeachment de Lula, en 2005, las sucesivas ofensivas de los grandes agricultores en Argentina, del separatismo en Bolivia. Actualmente el golpe en Honduras, la derrota electoral del gobierno en Argentina y la elección de Pepe Mujica como candidato del Frente Amplio en Uruguay son otras tantas de las últimas escaramuzas entre las dos fuerzas que ocupan el campo político en América Latina a lo largo de esta década.

América Latina se debate entre profundizar las trasformaciones progresistas operadas por esos gobiernos o la restauración de la derecha. Donde se debilitan esos gobiernos, no gana ningún sector de izquierda, sino que se fortalece la derecha. Las primeras corrientes que fracasaron en la lucha antineoliberal fueron las provenientes de la llamada ultraizquierda, sean grupos políticos de corte doctrinario u organizaciones sociales que no han roto con la visión corporativa de la autonomía de los movimientos sociales. El campo político ha quedado polarizado entonces entre esos gobiernos –más moderados o más radicales– y la derecha.

La elección de Mujica como candidato del Frente Amplio representa más claramente el intento de profundización de las trasformaciones antineoliberales. Su condición de favorito en las encuestas apunta en esa dirección. Por el contrario, la derrota del gobierno argentino representa el intento de frenarlas y de construir un recambio de derecha. El golpe de Honduras, conforme a su desenlace, puede terminar con un gobierno que daba pasos en la dirección antineoliberal o permitir que el retorno de Zelaya recobre con más fuerza esa dinámica. Lo mismo se puede decir de Brasil: las elecciones presidenciales de 2010 pueden hacer que el gobierno de Lula sea un largo paréntesis en la dominación de la derecha o la profundización de las transformaciones iniciadas, con la victoria de Dilma Rousseff, que crece rápidamente en las encuestas, apoyada en 80 por ciento del respaldo popular y solamente 6 por ciento de rechazo del gobierno de Lula. Todo apunta hacia una gran victoria de Evo Morales y el MAS en las elecciones de diciembre de este año, garantizando la continuidad y la profundización del proceso de fundación del nuevo Estado boliviano.

Los efectos de la crisis sobre los países del continente estrechan los márgenes de las políticas de conciliación de clases desarrollada por gobiernos como los de Argentina, Brasil, Uruguay, entre otros, obligándolos a definiciones entre seguir con las concesiones al gran empresariado –en particular al capital financiero– o la intensificación de las políticas sociales como eje obligado de un gobierno antineoliberal.

Hay visiones que nunca han considerado a esos gobiernos como diferenciados de sus antecesores neoliberales, pero que en la práctica corren a saludar la posibilidad de su sustitución por la derecha. En ésas –que combinan catastrofismo y derrotismo– no habría ningún cambio significativo: una derecha sustituiría a la otra. Cambalache, ninguno es mejor, todo es igual. Las visiones que se limitan al plano de la crítica están al margen de los procesos reales de enfrentamiento al neoliberalismo en el continente.

El futuro de América Latina se decide entre la profundización de las trasformaciones apenas empezadas o procesos de restauración conservadora en que serán derrotados el campo popular y las izquierdas en su totalidad. El futuro sigue abierto, la disputa hegemónica frente al agotamiento del neoliberalismo y las alternativas, entre lo viejo que insiste en sobrevivir y lo nuevo que encuentra dificultades para nacer, es lo que marca el presente latinoamericano.





REPORTAJE A RAFAEL CORREA
(Tomado de Telesur por "Después de la Nada)

"EL GOBIERNO COLOMBIANO QUIERE CONVERTIR A AMÉRICA LATINA EN UN NUEVO MEDIO ORIENTE".


Correa dijo ante esa eventualidad que cualquier fuerza extranjera que pretenda atacar a Ecuador encontrará a un país mucho mejor preparado que en marzo de 2008, "cuando fuimos atacados a mansalva" por Colombia.

"Es una profunda pena de aquellos que juegan a emperadorcitos y quieren convertir a América Latina en un nuevo Medio Oriente, pero, en todo caso, la próxima vez encontrarán al Ecuador mucho mejor preparado, sabremos responder", dijo el mandatario ecuatoriano en su diálogo con teleSUR.

"Si somos agredidos, si somos bombardeados, tendríamos que responder. Somos un país de paz, pero tampoco somos ningunos tontos y tenemos nuestra dignidad", añadió el jefe de Estado ecuatoriano.

TeleSUR: El tema petrolero sobre el cual usted ha emitido algunas opiniones. ¿Qué sucede con las trasnacionales? Usted dice que hay que poner orden en el sector. ¿Qué es poner orden en el sector?

Rafael Correa: Hemos puesto bastante orden, pero todavía falta mucho por hacer. En verdad eso ha sido un atraco completo, siempre en función de las trasnacionales, realmente indigna.

Por decirles algo, de cada 100 barriles de petróleo, en los famosos contratos de participación, 18 quedaban para el país y 82 se los llevaban las petroleras. Esos contratos se firmaron a inicios de los (años) 2000, cuando el precio del petróleo estaba a 16 dólares y nos daban cuatro o cinco dólares por barril. Subió luego el precio del barril a 50 o 60 dólares y nos seguían dando los mismo cuatro o cinco dólares.

Entonces, cuando les metemos una nueva Ley, que les obliga a, primero repartir 50 por ciento y 50 por ciento las ganancias extraordinarias y, en mi Gobierno, las ganancias extraordinarias 99 por ciento para el país y uno por ciento para las petroleras, para compensar en algo los cuatro o cinco años en los que no habían dado plata al Estado, ahí si nos demandan ante el CIADI alegando que se produce una ruptura del equilibrio económico en los contratos. ¿Y antes? ¿Cuando ganaban en exceso, ahí no había ruptura del equilibrio económico?

Entonces, hay un permanente abuso hacia el país. Se les dijo "queremos ir a contratos de prestación de servicios, es decir, el petróleo es nuestro de acuerdo con la Constitución, vengan ustedes, extraíganlo y les pagamos una tarifa por barril", bueno, ya llevamos más de dos años negociando esto y le dan largas, pérdidas de tiempo y cada día que pasa son millones que deja de ganar el país. Así que ya les dimos, no me gusta hablar de ultimátums, de amenazas, pero sí una advertencia, un mensaje muy claro: no estamos jugando aquí.

Estoy preparando una Ley para facilitar expropiaciones y nacionalizaciones para enviarla a la Asamblea Nacional y, con ese instrumento, pues haremos lo que tenemos que hacer en el momento apropiado.

TeleSUR: ¿Ha tenido respuestas a ese anuncio, digamos desde el punto de vista de las trasnacionales? Porque respuestas mediáticas, por supuesto, han salido los defensores de las trasnacionales.

Rafael Correa: Sólo respuestas mediáticas, ahora, en honor a la verdad, aquí ha habido grandes fallas de parte del equipo ecuatoriano, el enemigo está adentro. Le pasó lo mismo a Venezuela y al proceso bolivariano. Tenemos una serie de vendepatrias, que son asalariados de las trasnacionales, que nos han hecho cometer errores, que han filtrado información, que han dilatado procesos, etcétera. Hemos depurado en algo el sector petrolero, pero falta mucho por hacer, tenemos enemigos adentro, no sólo estamos negociando con las trasnacionales sino que tienen asalariados, personas vinculadas con intereses que no responden al país sino a estas compañías.

TeleSUR: ¿Cuáles son los términos de la Ley que va a llevar a la Asamblea Nacional?

Rafael Correa: Básicamente una Ley muy corta, que en determinados casos nos permita expropiar. Expropiar no significa confiscar, confiscar significa tomar por la fuerza sin la correcta compensación económica. Aquí le vamos a compensar económicamente, pero si no quieren adaptarse a los términos del país, pues que les vaya bonito, no los necesitamos.

Aún si los necesitáramos, más necesitamos nuestra dignidad y nuestra soberanía.

TeleSUR: A propósito de petróleo, Presidente, ¿cómo le ha ido al Ecuador con la propuesta del Yasuní-ITT?

Rafael Correa: En términos formales, extraordinariamente bien. En términos prácticos, hasta ahora vemos 20 centavos. Aquí nuevamente la doble moral internacional, la diferencia entre los discursos y los hechos, todo el mundo aplaudió la propuesta, todo el mundo felicitó al Ecuador, pero hasta ahora vemos 20 centavos.

Yo voy a dar hasta julio de 2011, en caso de no ver resultados concretos, utilizaremos el plan B que es explotar con todos los cuidados ambientales y sociales ese petróleo, que es la mayor reserva de crudo comprobada en el Ecuador. Tal vez la audiencia, el público, no conoce lo que es la iniciativa Yasuní-ITT: son las mayores reservas, más de 900 millones de barriles de petróleo, pero que están en una zona muy sensible ecológicamente, el Parque Nacional Yasuní.

Nosotros hemos propuesto al mundo dejar ese petróleo bajo tierra y con ello evitar el envío a la atmósfera de más de 400 millones de toneladas de CO2, cuyo valor de mercado serán de alrededor de cinco mil millones de dólares, y nosotros estamos pidiendo unos tres mil 500 millones de dólares, la mitad del valor presente neto de esas reservas.

El mayor contribuyente, el que mayor sacrificios hace, es el Ecuador. Financieramente lo que más nos conviene es explotar ese petróleo, pero queremos colaborar para evitar al menos la aceleración del cambio climático, el cual no ha sido causado por los países pobres, sino por los países ricos. Pero exigimos corresponsabilidad al resto del mundo, si no hay esa corresponsabilidad, tendremos que extraer ese petróleo.

TeleSUR: Yo no lo había escuchado a usted decir que realmente existe un plan B. ¿Qué tan cerca podríamos estar de que Ecuador explote esa reserva?

Rafael Correa: Estamos claros, esa es la resolución de Petroecuador de marzo o junio de 2007. Primero proponer al mundo corresponsabilidad, y en caso de no obtener ninguna respuesta, explotar ese petróleo. Siempre se ha continuado con los estudios, dicho sea de paso, que la unidad para explotar el ITT tiene más de 20 años en Petroecuador.

Tenemos una campaña mediática que nos acusa de querer engañar a los ecuatorianos, que siempre ha sido nuestra primera opción explotar el ITT y que por eso hemos continuado con los estudios, pero más de 20 años tiene esa unidad y así es nuestra prensa. Sí hubiéramos querido explotar ese petróleo para qué nos hubiéramos complicado tanto presentando una iniciativa.

De verdad queremos que tenga éxito esa iniciativa, pero tampoco podemos ser los tontos útiles del planeta. Esos seis mil o siete mil millones de dólares, valor presente neto de ese yacimiento, los necesita el pueblo ecuatoriano y, en caso de no haber corresponsabilidad, como insisto, como lo he dicho desde un principio, vamos a explotar ese petróleo de la forma más responsable posible a nivel ambiental y social.

TeleSUR: El tratar de resolver el problema de lo que Usted llama el enemigo interno le costó a Venezuela no sólo un golpe de Estado, sino un sabotaje petrolero. ¿Está consciente, como presidente del Ecuador, de las consecuencias que esto puede tener?

Rafael Correa: Estoy muy consciente, hemos aprendido mucho de la experiencia venezolana. Yo admiro muchísimo al presidente Chávez y al Gobierno bolivariano, porque no sé cómo en el año de 1998 pudo luchar contra todo y contra todos en condiciones tan adversas. Él abrió muchos caminos, nosotros hemos tenido un poco menos difícil la cosa y hemos aprendido de las experiencias muy duras del proceso bolivariano.

Nunca podemos excluir esa posibilidad, más que de un golpe de Estado, un sabotaje petrolero, aunque tampoco podemos excluir los golpes de Estado en América Latina, si no veamos a Honduras. En todo caso, creo que no es tan probable esa posibilidad y estamos tomando todas las precauciones posibles.

TeleSUR: Se dio un nuevo debate de los candidatos a la presidencia de Colombia, de sus vecinos, y una de las preguntas que les hacían los periodistas es que si volvería a atacar Ecuador como en los hechos que ocurrieron el 1 de marzo de 2008. Dos de esos candidatos dijeron que sí. Unos de ellos que no. ¿Cuál sería su respuesta frente a esa posición de la extraterritorialidad del conflicto colombiano?

Rafael Correa: Es una profunda pena de aquellos que juegan a emperadorcitos y quieren convertir a América Latina en un nuevo Medio Oriente, pero, en todo caso, la próxima vez encontrarán al Ecuador mucho mejor preparado, sabremos responder.

TeleSUR: ¿Usted esperaría un ataque así de Colombia? Cuando dice que estaría mejor preparado Ecuador, ¿a qué se refiere exactamente?

Rafael Correa: Bueno, cuando nos atacaron a mansalva el 1 de marzo de 2008 nuestros radares no funcionaban, nuestra aviación prácticamente no existía, comunicaciones no teníamos. Todo eso hemos ido mejorando para, insisto, jamás agredir, pero si defender dignamente el territorio patrio.

En todo caso, yo le recuerdo a Venezuela y al mundo todas las palabras de disculpas, de perdón del presidente Álvaro Uribe, y vienen los sucesores del presidente a decir estas barbaridades, pues uno ya no sabe qué pensar. Y recuerden, esa clase de gente en el Gobierno más siete bases militares estadounidenses en Colombia, imagínense el peligro para la región.

Todo eso atenta al derecho internacional, al derecho americano.

TeleSUR: ¿Ecuador repelería ese ataque?

Rafael Correa: ¿La próxima vez? Por supuesto. Si somos agredidos, si somos bombardeados, tendríamos que responder. Somos un país de paz, pero tampoco somos ningunos tontos y tenemos nuestra dignidad.

TeleSUR: Se han dado pasos, por lo que se ve públicamente, en un restablecimiento de las relaciones con Colombia. Sin embargo, lo que ustedes han pedido como Gobierno no se ha dado. ¿Cuál es el límite allí, es decir, esa información supuesta en los presuntos computadores de Raúl Reyes?

Rafael Correa: Yo creo que eso evidencia toda la farsa que se armó al respecto. Primero nos bombardearon, cuando reaccionamos con toda energía se inventaron esta farsa de los computadores, de los vínculos con las FARC. Bueno, ayúdennos a darle a conocer al mundo toda ésta información.

Hemos pedido copia de los supuestos discos duros de las supercomputadoras que sobrevivieron al ataque de Angostura, que en caso de que existieran, fueron robadas de territorio ecuatoriano, en otro nuevo delito. Pero no las dan, ese es uno de los requisitos que hemos puesto para restablecer totalmente las relaciones diplomáticas. Todos queremos saber la verdad, que nos den copias completas de esos discos duros para que el mundo sepa quiénes son los socios de las FARC.

TeleSUR: ¿Por qué no las dan, usted qué cree?

Rafael Correa: ¿Usted por qué se imagina? Puede ser que no existan, puede ser que tengan información que los comprometa a ellos mismos ¿Por qué? El que no debe, nada teme ¿Por qué no nos dan los discos, si en base a eso montaron un campaña de desprestigio contra Ecuador?

TeleSUR: ¿Las relaciones con Colombia se mantendría en los mismos términos que hasta ahora, Presidente, mientras eso no se resuelva?

Rafael Correa: Mire, nosotros, nuestros requerimientos no dependen de personas, dependen de principios. Hemos pedido la información sobre el más grave bombardeo de la historia de América Latina, sin precedentes, con bombas inteligentes, sin una declaración de guerra, sin absolutamente nada. En el momento, yo le diría las mejores relaciones bilaterales con un Gobierno al que considerábamos amigo, entonces hemos pedido conocer los pormenores de ese bombardeo terrible.

Por ejemplo, hay versiones de que los aviones colombianos no pueden lanzar esas bombas inteligentes y de origen estadounidense. Queremos saber qué contenían los famosos computadores que sobrevivieron milagrosamente al ataque, queremos información, saber la verdad y que el mundo la sepa. Eso es independiente de quién esté gobernando Colombia, nosotros respondemos a principios y mientras no nos den ésta información, pues no podremos restituir en su totalidad las relaciones diplomáticas entre los dos países.

TeleSUR: ¿Hablaron sobre ese tema con el subsecretario Valenzuela que estuvo tan sólo hace unos días en Quito?

Rafael Correa: No, hasta donde yo recuerdo, no tocamos el tema de Colombia. Hablamos de otros temas, de hecho toda la entrevista fue filmada por los medios de comunicación, así que ustedes pueden ver todos los detalles de la conversación.

TeleSUR: ¿Puede Ecuador tener una relación cordial con Estados Unidos? Usted dijo que tenía empatía con la señora Hillary Clinton.

Rafael Correa: Creo que hemos tenido una relación cordial, pero hacemos lo que cualquier país soberano haría y lo que el propio Estados Unidos haría. Por ejemplo, la base aérea de Manta, yo dije claramente: "Yo extiendo el contrato de la base militar estadounidense en Manta, si ellos me permiten poner una base ecuatoriana en Miami". Nunca me respondieron y se acabó la base estadounidense en Manta.

Estamos haciendo lo que cualquier país soberano, empezando por Estados Unidos, haría. Así que no veo por qué eso puede entorpecer las relaciones entre los dos países.

TeleSUR: Usted, en ese mismo sentido, pidió que su Gobierno hiciera un informe sobre los derechos humanos en Estados Unidos, toda vez que el de los Estados Unidos incluyó al Ecuador como un país que viola los derechos humanos ¿Cómo va ese informe?

Rafael Correa: Sí molesta que en el siglo XXI todavía haya autodenominados árbitros del bien y del mal, países y Gobiernos que se creen por encima y moralmente superiores al resto. Nos hizo el Departamento de Estado un informe sobre derechos humanos que probablemente es inercia de los Gobiernos republicanos, algo que probablemente ni el presidente Obama ni la señora Clinton controlan, en el que se señaló que en Ecuador no se respetaban los derechos humanos.

Hasta donde yo sé, en Ecuador no se permite la tortura, en Estados Unidos sí. Hasta donde yo sé, en Ecuador no está permitida la pena de muerte, en Estados Unidos sí. Hasta donde yo sé, Ecuador no ha bombardeado ningún país, Estados Unidos sí, si no vaya a ver Irak, etcétera. Entonces estamos preparando también un informe sobre la situación de los derechos humanos en Estados Unidos.

Con la misma solvencia, capacidad de atribución que ellos tienen, como país soberano podemos hacer un informe sobre los derechos humanos en Estados Unidos.

TeleSUR: Es contradictorio que se mantengan buenas relaciones con Estados Unidos y buenas relaciones con Venezuela, si Venezuela es un país que denuncia el imperialismo.

Rafael Correa: Ecuador también denuncia el imperialismo, en el momento que sepa que Estados Unidos, o cualquier otro país, está interviniendo en la política interna ecuatoriana o auspiciando un golpe de Estado, le aseguro que sabremos responder soberana y dignamente, como lo hace Venezuela.

Nosotros no combatimos países, ni pueblos, ni personas. Combatimos acciones, actitudes, políticas nefastas y las denunciaremos con toda nuestra energía, como lo hace Venezuela.

TeleSUR: Un párrafo, una frase de un intelectual colombiano, Hernán Calvo Ospina, dice que Ecuador reforzó su presencia militar en la frontera con Colombia luego del ataque de marzo de 2008, pero con fuerzas especializadas en contrainsurgencia, con equipos especialmente prácticos para enfrentar fuerzas irregulares como las guerrillas colombianas.

Rafael Correa: Él está un poco equivocado, en verdad siempre hemos tenido gran cantidad de efectivos en la frontera, porque Colombia tiene totalmente abandonada su frontera sur, no hay presencia del Estado colombiano, eso es lo que no dicen los medios de comunicación corruptos a nivel internacional.

Nosotros tenemos 13 destacamentos militares en la frontera norte, Colombia tiene tres, cuando el problema supuestamente es de ellos. Entonces ¿qué pasa ante la ausencia del Estado colombiano en su frontera sur? Eso es un paraíso para todos los grupos irregulares, Águilas Negras, paramilitares, FARC, ELN, para bandas organizadas, que entran al territorio ecuatoriano, secuestran a ciudadanos ecuatorianos y van a refugiarse en territorio colombiano, ya están cobrando las llamadas vacunas.

Por eso hemos tenido que reforzar mucho más nuestra frontera norte con militares y policías, no necesariamente para repeler un potencial ataque del Ejército colombiano, que muy difícilmente se daría en caso de conflicto de esa forma, porque no hay objetivos militares importantes en la frontera.

Valga la oportunidad que si seguimos la doctrina totalmente antijurídica, abusiva, contraria al derecho internacional, que esgrimieron dos de los candidatos presidenciales de Colombia en el debate del pasado domingo, la principal perjudicada sería Colombia, porque con ese argumento, porque cuando secuestren a un ecuatoriano y lo vayan a ocultar del lado colombiano, pues iríamos a bombardear también ese sector, y lo mismo pudiera hacer Venezuela, Nicaragua, Brasil, Argentina.

Entonces, ojalá prime la sensatez y todos actuemos bajo el imperio de la Ley.

TeleSUR: ¿Las relaciones entre Venezuela y Ecuador, al día de hoy, cómo las calificaría?

Rafael Correa: Yo creo que no pueden ser mejores, son tremendamente fraternas. Lo más importante son esos principios, esa visión que compartimos, la búsqueda de esa Patria Grande que soñó el propio Bolívar, que mantuvieron también, en sus ideales, intelectuales de la talla de José Martí, de Eloy Alfaro en Ecuador, etcétera.

Pero ya, en lo puntual, en lo concreto, hay grandes avances, tenemos mucha cooperación energética, petrolera, etcétera, entonces creo que las relaciones no pueden ser mejores.

TeleSUR: Cooperación en materia de seguridad, Presidente, en ese frente común contra agresiones.

Rafael Correa: En esa área tal vez tenemos que profundizar un poco, pero ya no sólo con Venezuela sino con el ALBA y Unasur, ya no es posible que candidatos presidenciales de países muy respetables todavía se atrevan a decir que atacarían cualquier nación si así ellos creen que sería conveniente para la seguridad de su propio país. Cuidado y nos convierten a América Latina, y particularmente a Suramérica en otro Medio Oriente. Hay que estar muy atentos, la paz es tal vez el bien más preciado de nuestra América.

TeleSUR: ¿Hasta dónde podría llegar esa cooperación en materia de seguridad? ¿Cuál es su imaginario en ese sentido?

Rafael Correa: Ya está establecido en la Unasur el Consejo de Defensa, ya hay políticas de defensa coordinadas comunes. Estamos construyendo estadísticas para tratar de controlar el gasto de defensa, pero con mediciones equivalentes, porque en este momento son demasiado heterogéneas y no son comparables.

Pero sí, tenemos que ir a cosas más contundentes, establecer códigos de conducta, sanciones a naciones que agredan a otros países de la región, para, insisto, preservar el bien más preciado que tiene la región que es la paz.

TeleSUR: ¿Le toca defenderse de la amistad con el presidente Hugo Chávez?

Rafael Correa: No tengo que explicar a nadie por qué tengo estimación a ciertas personas, en este caso al presidente Chávez, como le tengo un gran cariño a Cristina Fernández, a Lula da Silva, a Evo Morales, no tengo que darle explicaciones a nadie.

Peor aún, pero imagínense al nivel de entreguismo que estamos llegando, que tenemos que explicarle a nuestras élites y a los medios de comunicación, que son los voceros de las élites, por qué tenemos relaciones fraternales con países latinoamericanos. Es un absurdo, entonces me rehúso a dar explicaciones.

Y cuando critican las relaciones con el presidente Chávez, conociendo al presidente Chávez y su Gobierno y cómo está transformando a Venezuela, lo único que nos da es una piadosa tristeza, pero no nos vamos a tomar la molestia de contestarle a esos medios de comunicación.

TeleSUR: ¿Le molesta que lo comparen con el presidente Chávez?

Rafael Correa: Por el contrario, hasta me halaga, le insisto, si no entiendo cómo el presidente Chávez en el año de 1998 comenzó solito este proceso de transformación que después se encendió como llama en la pradera y sobrevivir, teniendo que soportar obstáculos enormes, por ejemplo, el golpe de Estado de abril de 2002. Es decir, que el presidente Chávez tiene mi profunda admiración.

TeleSUR: ¿Desde el punto de vista simbólico, qué representa para usted como ciudadano latinoamericano esta fecha, la del Bicentenario [bolivariano en Venezuela]?

Rafael Correa: Es medio cabalístico. Hace 200 años se dio la Independencia política y nos encontramos dos siglos después a nuestros pueblos luchando por la definitiva y real independencia, en lo económico, en lo social y en lo cultural, no sólo la Independencia política que tal vez se dio formalmente hace dos siglos.

Yo creo que es muy simbólico aquello, que 200 años después encuentran a nuestros pueblos, al igual que la luchas por la Independencia política, luchando con toda decisión por nuestra segunda y definitiva Independencia.

TeleSUR: ¿Los enemigos siguen siendo los mismos?

Rafael Correa: Casi los mismos. Allá en el siglo XIX era, sobre todo, el imperio español. Aún existen imperialismos, hay cosas muy similares, los vendepatrias a los que no les importa ser colonias de quien sea. Sí, hay semejanzas con la lucha de hace dos siglos.

Pero también hay diferencias, en el siglo XXI no se necesitan botas ni cañones para dominarnos, sino solamente dólares, entonces debemos lograr nuestra independencia económica.

TeleSUR: Usted tiene una gran expectativa con la Unasur. ¿La Unasur puede ser ese bloque que haga frente a las pretensiones imperialistas?

Rafael Correa: Sólo unidos podemos tener éxito. El sueño de Bolívar no es un ideal, es una necesidad de supervivencia, sólo unidos lograremos salir adelante. Hay voces disonantes y hay diferentes ritmos, pero yo creo que la inmensa mayoría de nuestros pueblos, países y Gobiernos, desean una verdadera integración y desean constituir esa Patria Grande.

Nos corresponde a nosotros, como dirigentes de la región, poner toda nuestra energía para acelerar los procesos, no tenemos tiempo que perder, no podemos tomarnos 50 años como la Unión Europea, tenemos que ir más rápido. La buena noticia es que la Unión Europea son 27 países con diferentes sistemas económicos, políticos y distintos idiomas.

Mientras la Unión Europea tendrá que explicarle a sus hijos por qué se unieron, América Latina tendrá que explicarle a los nuestros por qué nos demoramos tanto.

TeleSUR: ¿Cuál es la diferencia y el enfrentamiento con hay con comunidades indígenas por la Ley de Agua?

Rafael Correa: No tenemos enfrentamiento con grupos indígenas, con el movimiento indígena como proceso histórico. Yo soy indigenista, conozco el mundo indígena y he trabajado con el movimiento indígena.

Si usted revisa los resultados electorales de los comicios presidenciales de abril del año pasado, la provincia en la que más votos sacamos es una de las provincias con mayor cantidad de indígenas en el país. Los indígenas están con nosotros. Cierta dirigencia indígena, de ciertas organizaciones que hacen mucha bulla, pero que no se representan ni a ellos mismos, están contra el Gobierno.

Están defendiendo sus espacios políticos, quieren controlar el agua, ven en peligro sus espacios de poder y esa es la reacción. Que ni Venezuela y el mundo se engañen, tenemos en contra a ciertos dirigentes indígenas que tienen una agenda política ilegítima, porque quieren cogobernar sin haber ganado elecciones.

TeleSUR: ¿Se está resquebrajando la alianza que sostiene a Correa en el poder?

Rafael Correa: Bueno eso han venido diciendo desde el 15 de enero de 2007, desde el día que asumí, desde antes, de hecho. Creo que hemos logrado sortear muchas dificultades, hemos cometido equivocaciones. Por ejemplo, hicimos alianzas para las anteriores elecciones con grupos que por si solos no hubiesen sacado asambleístas, pero los pusimos en nuestras listas y luego de ganar las elecciones dijeron "nosotros somos independientes".

Hay los oportunistas de siempre, que quieren estar con las ventajas del Gobierno pero diferenciarse de Correa, como en Venezuela buscan diferenciarse de Chávez. Eso es deslealtad.

Recuerden que nuestro proyecto político fue bastante espontáneo, de ciudadanos que estábamos hartos de la clase política. Eso nos ha traído problemas y, por supuesto, se dan tensiones como el juicio al Fiscal que, lo he dicho, me pareció un apresuramiento porque el Fiscal se va en cinco o seis meses, cuando cambien todas las autoridades. Eso va a pasar a la antología de la ingenuidad política, entonces hemos pagado derecho de piso.

El mayor peligro que tenemos ahora son nuestras propias contradicciones, yo veo el camino muy libre, aunque en América Latina nunca se sabe. No tenemos oposición de peso, no vemos una oposición armada con un discurso claro que pueda contraponerse al proyecto de Revolución Ciudadana.

El mayor enemigo está en nosotros mismos y eso lo he venido repitiendo siempre. El izquierdismo infantil, el ecologismo infantil, en indigenismo infantil y todas estas ingenuidades que les he manifestado. Así que tenemos que aprender en la marcha y prepararnos mucho más para no cometer errores y no ser, como le decía, nuestros propios enemigos.

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CHILE

El Chile de Sebastián Piñera

El Chile de Sebastián Piñera
El nuevo cónsul chileno en La Paz, Jorge Canelas, ex asesor en materia de Relaciones Exteriores de Joaquín Lavín, afirmó en el año 2000 que: “el mejor estado de nuestras relaciones con Bolivia es no tener relaciones”.

BOLIVIA

A LAS PUERTAS DE UN SALTO HISTÓRICO POST-CAPITALISTA

Con la presencia de su autor, Hugo Moldiz, el pasado martes 9 de marzo fue lanzado en La Habana el libroBolivia en los tiempos de Evo. Claves para entender el proceso boliviano(Ocean Sur 2009). La Casa del ALBA quedó pequeña ante la multitud que colmó el recinto tras la invitación a escuchar al intelectual, abogado y profesor boliviano, quien disertó sobre los rumbos, alcances y desafíos del país andino, protagonista de las transformaciones que durante esta década han cambiado el rostro a América Latina.

El politólogo y ensayista cubano Roberto Regalado, coordinador de Contexto Latinoamericano, colección de Ocean Sur que edita el volumen, invitó a Hugo Moldiz a trascender los moldes típicos de una presentación y así comentar sobre la situación actual boliviana, «los retos del presente y las perspectivas de futuro» de uno de los «nuevos procesos que estamos tratando de entender».

El autor boliviano, ante todo, introdujo elementos básicos para entender «el ahora» de su país, como el concepto
gramscianode «crisis de hegemonía». Para ello recorrió brevemente «las cuatro crisis modernas» que ha padecido Bolivia: la de 1899, la de 1932-1952, la de 1982-1985 y la del año 2000 «que a diferencia de las tres primeras, no se resuelve a favor de las oligarquías».

Moldiz precisó que «el factor desencadenante» de esta última crisis —que ya «está en etapa de resolución»— emerge «desde las clases subalternas: su protagonista no es la pequeña burguesía, ni liberales o conservadores, sino los pueblos y naciones originarios».

Detalló tres grandes momentos de esta última crisis. El primero es «el predominio de la democracia comunitaria, una democracia de la calle» y resaltó que en el período 2000-2005 «se produce política desde la calle, más que desde el parlamento o desde el poder ejecutivo; la iniciativa está en las clases subalternas, que se van constituyendo en clases dirigentes aun sin haber tomado el poder político».

Los niveles de «organización y resistencia de las clases subalternas» demostraban que «no iban por la vía del partido, sino por la vía de las organizaciones sociales, que están en movimiento activadas por la crisis», comentó. Durante ese período la democracia comunitaria «prevaleció sobre la democracia institucional, la cual dejó un vacío imposible de llenar» por la clase política boliviana.

En este primer momento, el historiador boliviano aseveró que «el movimiento social tuvo posibilidades reales de tomar el poder, de tomar el palacio de gobierno por la vía insurreccional». Consideró que no haberlo hecho demuestra «la inteligencia de las organizaciones sociales» porque «hoy no habríamos avanzado tanto» y «no hubiéramos logrado este nivel de cohesión» si entonces se hubiera decidido tomar el poder. «Eso era lo que estaba esperando el imperio», confesó.

El segundo momento, según Moldiz, nace con la victoria del MAS en el 2005 y se extiende hasta las elecciones presidenciales del 2009, etapa en que se construye «una nueva institucionalidad» al articular «los mecanismos institucionales con los mecanismos de la democracia comunitaria».

Al detallar uno de los episodios más críticos de este período, planteó que «el golpe de Estado» que se intentó en el 2008 «no consistía en sacar al presidente, sino en dividir al país y generar una crisis que justificara una intervención». Cuando en una demostración fehaciente del apoyo a Evo, las masas populares lo impidieron, se propinó «una derrota política y militar a la derecha».

Sin embargo, «ni lo viejo terminaba de morir, ni lo nuevo terminaba de nacer». Así, hasta que Evo Morales resultó electo en los comicios de finales de 2009 con una abrumadora victoria en la que alcanzó más del 60% de los votos.

Comienza así, según el intelectual invitado, el tercer momento de esta última crisis moderna en Bolivia, donde persisten, «tensiones, como en todo proceso». Una de ellas es «la tensión entre el desarrollismo que se propone y la producción en armonía con la naturaleza». Otra, la «tensión entre la idea de construir un Estado para todos, o solo para los indígenas». En esta, la inteligencia de la derecha en el continente ha trabajado arduamente en crear una percepción de «fundamentalismo indígena», una «falsa idea de que Evo está gobernando para los blancos y menos para los indígenas».

Planteó asimismo otra importante tensión en la determinación del rumbo del país, la de «cómo definimos lo estratégico: si es un socialismo comunitario o un capitalismo andino». «¿Es el socialismo comunitario un pacto entre obreros y empresarios, entre clases sociales?». Ese debate, anunció, «ya empezó a discutirse en la sociedad boliviana».

El pasado 22 de enero, Evo Morales tomó partido por ese socialismo comunitario como objetivo estratégico para Bolivia, pero «¿cómo entender ese concepto?, es complejo», declaró Moldiz. «Algunos entienden que el socialismo comunitario nada tiene que ver con el socialismo del siglo XX ni con el del siglo XXI», expresó. Otros plantean «recoger lo mejor de la experiencia histórica socialista y nutrirlo con la visión de los pueblos originarios», opción que indiscutiblemente «invoca a Marx».

La intervención de Hugo Moldiz culminó con una sentencia estremecedora: «como en ningún otro país en América Latina, en Bolivia están dadas las condiciones para un salto histórico que trascienda el capitalismo y se convierta en la segunda revolución triunfante en el continente». Esa es «la única opción que tiene Bolivia para resolver una crisis estructural creada desde su fundación».

Es justamente la cercanía de esta posibilidad la que moviliza a un imperio que «juega su papel para derrotar a Evo y revertir la revolución» y utiliza como alternativas «desde el magnicidio hasta la subversión interna», porque derrotarlo por la vía electoral «es imposible».

Moldiz destacó la contraofensiva de la derecha que ya venció en Chile y se organiza para las próximas elecciones en Brasil y Argentina. «Los peligros de Bolivia son los de América Latina, esos son los desafíos y habrá que vencer», concluyó.

MEJOR ESPEREN SENTADOS.

(Por Carola Chávez, desde Venezuela. Las negritas pertenecen a “Después de la Nada”)

Después de una larguísima y frustrante espera, después de derramar incontables lagrimones de ira y miedo, después de ver pasar de largo los mejores años de sus vidas a la espera del garrotazo que nunca llegó.

Después del cansancio que dejan las luchas con fantasmas, después de levantarse otra mañana más y comprobar que sus hijos están en casa, en sus cuartos decorados de muñequitos, sin familia cubana que los hubiera desplazado a la fuerza; que sus apartamentos de playa siguen allí cerraditos y lindos, esperando otro sábado familiar; que los bombillos no espían, que ninguna de las amenazas globodirigidas se ha hecho realidad.

Padeciendo un profundo síndrome de abstinencia, hoy se aferran a un nuevo terror: Internet.

Internet es un invento capitalista. Esa es la razón que esgrimen cuando nos aseguran que no nos pertenece, que estamos de más los revolucionarios en la red, que Twitter es de ellos solitos, como querían que fuera de ellos todo el país, que para los niches teléfono monedero en la esquina, que internet es para la gente que piensa, y que puede dirigir un dedo hacia una tecla y hacer clic.

Porque clic se hace en inglés, idioma capitalista que chapucean salivosos deseando que no se les note mucho lo spic, o latino, o niche, si lo decimos en nuestro idioma materno, ese que no les suena tan bonito cuando teclean en el facebook.

Internet, para nosotros, es un arma indispensable en esta guerra asimétrica en la que los poderosos que enfrentamos son dueños absolutos de los titulares que dictan, a fuerza de tinta negra, lo que tiene que ser verdad. Internet de blogs, noticieros alternativos, de información al segundo sin límites fronterizos. Internet de grandes mentiras desmentidas, de enlaces y archivos que derrotan al olvido.

Un espacio donde nos encontramos revolucionarios de todo el mundo y de alguna manera nos organizamos, tejemos redes, nos apoyamos, nos enteramos…

¿Y Chávez lo va a prohibir? Mejor esperen sentados. Ese mismo espacio que otros usan para hacer cacerolazos virtuales, twitazos contra el gobierno, contra el pueblo que lo eligió.

Allí, donde nuestros compatriotas suscriben campañas antinacionales made in EE.UU. Ese mismo medio por el cual han invocado invasiones gringas, la entrega de PDVSA a Exxon, plis.

Allí, donde se revelan monárquicos ingratos hijos de Bolívar, y algunos descendientes de republicanos españoles quienes, desde su Venezuela natal, se cagan en sus padres, en su historia, en si mismos, aplaudiendo y repitiendo, como loros frenéticos, aquel vacío, desafortunado y borbónico (valga la redundancia) ¿Por qué no te callas?

Esa ventana donde pierden el pudor y muestran los dientes porque creen que no los vemos, donde les tomamos la medida

¿En serio creen que la vamos a cerrar?

Ellos temen a una prohibición de internet que leyeron en El País, CNN, y el Washington Post, todos punto com. Pero no vieron más allá de su pantalla, no se asomaron por la ventana, ni preguntaron al nadie, ni siquiera razonaron.

Porque de hacerlo estarían cometiendo un autoatentado contra su derecho al terror.