SARAMAGO

Izquierda

«Nosotros tenemos razón, la razón que asiste a quien propone que se construya un mundo mejor antes de que sea demasiado tarde, pero o no sabemos transmitir a los demás lo que es substantivo en nuestras ideas, o chocamos con un muro de desconfianzas, de prejuicios ideológicos o de clase que, si no logran paralizarnos completamente, acaban, en el peor de los casos, por suscitar en muchos de nosotros dudas, perplejidades, esas sí paralizadoras. Si el mundo alguna vez consigue a ser mejor, solo habrá sido por nosotros y con nosotros. Seamos más concientes y estemos orgullosos de nuestro papel en la Historia. Hay casos en que la humildad no es buena consejera. Que se pronuncie alto la palabra Izquierda. Para que se oiga y para que conste».

José Saramago (16 de noviembre de 1922 - 18 de junio de 2010) ¡Buen descanso, Maestro!

sábado, 2 de octubre de 2010

En el palco de la Sociedad Rural, Luciano Miguens
hace un llamado a la tolerancia, flanqueado por
Mauricio Macri y Francisco Ferro.

LA TOLERANCIA

Ejercitan cotidianamente el hábito de sumarse a la defensa de los grupos de concentración económica.

Se colocan impúdicamente en la vereda opuesta a la de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.

Condenan los estudios de ADN que permitan dilucidar los robos de bebés concretados durante la Dictadura.

Consideran que condenar genocidas en juicio genera “división entre los argentinos”.

Se arrastran haciendo cola para rendir pleitesía al poder económico, en pasquines televisivos de siniestros personeros de las más sangrientas dictaduras que padeció Argentina.

Invocando legitimación divina, cortaron rutas 4 meses, en un intento destituyente que defendía las fabulosas ganancias de la Patria Sojera. Durante esos 4 meses de joda corrida, de desborde fascistoide, Cristina Kirchner era, según los recursos lingüísticos del orador de turno, “Puta”, “Yegua” o “Desquiciada”.

En nombre de la libertad de expresión, defienden un monopolio informativo de 300 medios hegemónicos.

Instalan, desde esos medios, un discurso invariablemente reaccionario.

Sostienen que la Asignación Universal por Hijo tiene como destino la ingesta de alcohol y droga por parte de los progenitores.

El remedio para la inseguridad no reside para ellos en la equidad social, sino en la mano dura, en la construcción de cárceles, y en una baja de la edad de imputabilidad. Según su lógica de razonamiento, si el feto fuera imputable, no habría delito.

Impulsan leyes para mandar a los jóvenes a estudiar a los cuarteles.

En su irracionalidad obstruccionista, cada día son empujados un poco más a la derecha por la agenda de un gobierno módicamente nacional y popular. Módicamente reformista. Un gobierno que busca, a través de la Justicia, cerrar cuentas con el pasado. Que impulsa la unidad latinoamericana. Que ni remotamente sale (ni busca salir) de los moldes clásicos del capitalismo. Que no reforma un ápice (ni parece proponérselo) la estructura de la matriz productiva y distributiva, pero al que un ligero amaguele alcanza para hacerles mostrar la hilacha.

Es desde el centro mismo de la prepotencia del poder económico, desde su histérica crispación reaccionaria, que piden “Tolerancia”. Es desde allí que hipócritamente se horrorizan de los encendidos discursos de Hebe de Bonafini.

Es desde allí que piden que se tolere el statu quo comunicacional establecido por el decreto de Videla.

Es desde allí que piden que se tolere la impunidad.

Es desde allí que reclaman tolerancia para que nada cambie en Papel Prensa, vergüenza nacional parida en un acto jurídico nulo por vicios de la voluntad. Dicho de otra forma: obtenido a fuerza de picana.

Es desde allí que se babean reclamando la “generación de consensos”, la “creación de espacios de diálogo” para “forjar entre todos la Argentina del futuro”. Es decir, la Argentina del pasado. Esa “generación de consensos” a la que se entregan, pública e impúdicamente, en los salones de la Sociedad Rural. Esos “espacios de diálogo” a los que habitualmente se entregan, voraces y serviles, en las opulentas sobremesas de la residencia de Magnetto.

Piden tolerancia, en fin, desde el epicentro del derrumbe del discurso único. Del discurso del poder concentrado de la Argentina.

JULIO SALESSES

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ESTUDIO JURÍDICO

Dr. Julio SALESSES

Emparanza 3238-Saladillo

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