SARAMAGO

Izquierda

«Nosotros tenemos razón, la razón que asiste a quien propone que se construya un mundo mejor antes de que sea demasiado tarde, pero o no sabemos transmitir a los demás lo que es substantivo en nuestras ideas, o chocamos con un muro de desconfianzas, de prejuicios ideológicos o de clase que, si no logran paralizarnos completamente, acaban, en el peor de los casos, por suscitar en muchos de nosotros dudas, perplejidades, esas sí paralizadoras. Si el mundo alguna vez consigue a ser mejor, solo habrá sido por nosotros y con nosotros. Seamos más concientes y estemos orgullosos de nuestro papel en la Historia. Hay casos en que la humildad no es buena consejera. Que se pronuncie alto la palabra Izquierda. Para que se oiga y para que conste».

José Saramago (16 de noviembre de 1922 - 18 de junio de 2010) ¡Buen descanso, Maestro!

martes, 4 de mayo de 2010

MEDIOS

Sobre los premios Martín Fierro

Siga cabalgando, Martín

Emiliano Bertoglio

¿Qué se premia como lo mejor de la televisión y la radio en Argentina? Aún más, ¿qué se retransmite como lo sobresaliente de esta selección? Salvo sanas excepciones, el mundo de los medios parece ser caldo de cultivo de shows y espectáculos de dudosa trascendencia política, artística y cultural en general.


Unas pocas noches atrás cientos de miles de argentinos fueron alumbrados por la pantalla que mostraba el reconocimiento a lo más destacado que se pudo ver en la radio y la televisión durante 2009.

Las premiaciones Martín Fierro, esta versión criolla que quiere ser la simetría local de los glamorosos Oscar’s norteamericanos, fueron creados en 1959 por la Asociación de Periodistas de la Televisión y la Radiofonía Argentina (APTRA). Por más que con el paso del tiempo se halla naturalizado la denominación del evento, no deja de llamar la atención que para mencionar las distinciones se recurra a la figura del poema gauchesco nacional…

Los sucesos singulares de estos Martín Fierro reverberaron durante un par de días, retransmitidos una y otra vez por aquellos programas que aprovecharon la ceremonia para recopilar materia prima –hay un televisor mostrando un televisor, dentro del cual hay otro televisor, describe Eduardo Galeano-.

Casi nada de lo que se repitió corresponde a las buenas rarezas mediáticas masivas que en medio de tanto ruido (o de tanto silencio, al fin) llevan un mensaje claro y comprometido, tratando de sobrevivir a la perversa dictadura de los porcentajes de audiencia. Aunque no se lo recuerde demasiado, la noche del 2 de mayo se vieron a personalidades y producciones de programas verdaderamente sobresalientes (más allá de gustos y preferencias particulares pueden mencionarse a Eduardo Aliberti, Pedro Brieger, Juan Sasturain, “Presidentes de Latinoamérica”, “Al Colón”, “MP3, Gira Latina”, “Ecos de mi tierra” y algunos otros del ámbito de la cultura, de la información y del “interés general”).

Fuera de estos honrosos casos, ya se dijo que poco rememorados tras la ceremonia, la TV continuó configurando su relato autolegitimador recurriendo a aquellos notables e ilustres que por una u otra cosa se distinguieron en el show.

Pues la noche aglutinó –siempre según la visibilización hegemónica de la pantalla- a la selecta y arrogada clase artística y periodística del momento: ídolos de ocasión, respetables señoras aristócratas que llevan décadas en los medios, serios periodistas de espectáculos, cínicos columnistas mentores de la seguridad policíaca todos los mediodías, sujetos ignotos luciendo su Versace.

Nadie podía estar ausente a tan especial espectáculo. Aparecieron improvisados actores de inverosímiles escandaletes, necrófilos encargados de oradar en los peores estados de la condición humana, mercaderes presentados como creativos, noveleros vendedores de poco creíbles ilusiones diarias, presentadores de las verdades del día que modelan el sentido común ciudadano, conductores de emisiones de las tres de la tarde cuyas puestas en escenas no hacen más que elevar lo sencillo al escalafón de tragedia humana. En suma, excelentes ejemplares del grotesco social y político.

La futilidad de sus vidas les impide denunciar las injusticias que en el terreno de los símbolos perseguían a aquella creación de José Hernández, y que de una u otra manera siguen acosando a los desposeídos.

No se comprende demasiado que estas premiaciones rememoren a ese ser enorme, sujeto andante de las latitudes inmensas y de las fronteras alejadas de las grandes ciudades. Y APTRA se acuerda de él, tan ligada a los entornos sociales urbanos cuyas expectativas de lo que acontezca en lo político se dirime en los modernos Estados Unidos, y cuyo concepto de lo importante se resume a estar atentos a la última tendencia de la moda parisina.

Ni por asomo se imaginó el desolado Fierro las frivolidades de esta privilegiada élite de seres que habitan lejos de las cosas relevantes de la existencia.

Siga cabalgando, Martín.

Siga lejos de estas metrópolis en donde los misterios de la vida –sus alegrías y sus inequidades reales- son camuflados día a día por la seducción de sujetos pergeñados en un camarín.

Siga en su marcha valiente, respirando la libertad de la llanura. Mientras, estos hombrecillos y mujeres pequeñas continuarán ocupados en amasar la comidilla de quienes simplemente yacen, encerrados en su intrascendente rutina. Y sin poder escapar…

__________________________________-

Ahora los pulpos mediáticos y sus periodistas estrellas se ponen en víctimas

La Arena

Los intereses monopólicos se habían puesto en víctimas mientras duró el debate parlamentario del proyecto de ley de servicios de comunicación audiovisuales. Convertida en ley Nº 26.522, acudieron a la justicia para suspenderla, auspiciando presentaciones directas o por medio de ONG y legisladores que se habían ausentado al momento de la votación. El diputado mendocino Enrique Thomas, que bascula entre el peronismo duhaldista y el cobismo, logró el fallo favorable de la jueza Olga Pura de Arrabal y la Cámara Federal.

La ley de medios está suspendida. Y esta circunstancia es central para tomar posición sobre el debate que vino a continuación y la masiva marcha del 15 de abril a favor de aquella norma. Se podría formular del siguiente modo: “Si no hay ley democrática de medios, hay escrache”.

Así se parafrasea lo sucedido en derechos humanos, donde años atrás se bregaba por justicia ante tribunales paralizados por la impunidad. “Si no hay justicia, hay escrache”, dijeron entonces desde HIJOS y otros organismos. Y ese movimiento desde la calle, más las luchas de siempre y la renovación legislativa y ejecutiva de 2003, hizo que recomenzaran los juicios. Ya hay 60 represores condenados. Los escraches cumplieron una buena función y en la actualidad son sólo excepcionales, porque los responsables del terrorismo de Estado están siendo enjuiciados.

Entonces, para analizar la situación política, el rol de los medios monopólicos y sus operadores de prensa, etc, hay que partir de qué pasa con la ley 26.522.

La postura de buena parte de la población, no de toda porque la derecha también existe, se pudo mensurar el 15 de abril con la marcha desde Congreso a Tribunales, exigiendo que aquella se ponga en práctica. Esa noche la muchedumbre votó con la cabeza y los pies, y escuchó a Hebe de Bonafini, Estela de Carlotto, Hugo Yasky y Julio Piumato.

Si se tiene en cuenta que el primer fallo contra la norma fue dictado por el juez Eduardo Carbone, el 16 de diciembre de 2009, a instancias de Clarín, quiere decir que los sectores democráticos recién se movilizaron cuatro meses después. Ese lapso no había sido suficiente para que la justicia desandara tan injusta resolución. Peor aún, luego hubo otros tres fallos en primera instancia en la misma dirección que el de Carbone y uno de la cámara cuyana.

¿Era o no tiempo de respuesta en las calles, del grueso de la sociedad que había puesto tantas esperanzas en la democratización de los medios?

Clarinete, Grupo Uno (Vila-Manzano-De Narváez), Telefé, La Nación, Cadena 3 y otros pulpos, habían demonizado a la “ley K” y “ley mordaza”. Ocultaban el amplio abanico social y político que apoyaba la anulación de la vieja ley de la dictadura, así como los amplios márgenes a favor con que eso se votó en el Parlamento.

Ayudita de la SIP

Los dueños de los principales medios y la oposición conservadora no sólo acudieron a los estrados judiciales para defender lo indefendible. También pidieron ayuda a la Sociedad Interamericana de Prensa, un lobby patronal dependiente del Departamento de Estado norteamericano que en su directorio ha contado con muchos defensores de dictaduras (caso en 2000 del uruguayo Danilo Arbilla).

Así fue que en noviembre del año pasado sesionó en Buenos Aires la 65º Asamblea Anual, que pasó a estar presidida por Alejandro Aguirre, del Diario de las Américas, de Miami, uno de los que mejor interpreta la política de la cartera de Hillary Clinton.

Esa Asamblea incluyó charlas de periodistas de Clarín, La Nación, La Voz del Interior, Radio Continental, etc, cuestionándose la ley de la democracia. Con ese asesoramiento tan sesgado, la entidad informó: “fue el semestre más complejo en años para la situación de la libertad de prensa en el continente americano”. En el caso de Argentina, la SIP solicitó al Parlamento la revisión del texto de la ley de Medios Audiovisuales “porque impone límites a la propiedad de los medios y tendrá consecuencias negativas para la libertad, la diversidad y la sustentabilidad de los medios”.

Esa central empresaria está desacreditándose por lo que dicen y hacen los periódicos asociados, caso del Diario de las Américas de Miami, el Mercurio de Chile, El Nacional de Caracas, El Comercio de Perú, El Tiempo de Bogotá y Clarinete de Buenos Aires, entre varios otros.

La SIP falsifica la realidad y ataca a los gobiernos progresistas de la región. En marzo de este año se volvió a reunir en Aruba y opinó sobre la situación de Honduras: “en este período se ha desatado una campaña de desprestigio y persecución contra medios independientes, editores y periodistas, desplegada particularmente por los simpatizantes del ex presidente Manuel Zelaya”.

La verdad es exactamente la opuesta. El golpista Roberto Micheletti persiguió a la prensa democrática desde el golpe de Estado de junio de 2009. Los perseguidos eran defensores del orden constitucional que expresaba Zelaya. Desde que asumió el continuista Porfirio Lobo en enero de 2010, han sido asesinados 6 periodistas en Honduras. ¡Y la SIP miente con que la persecución a la prensa sería obra de los seguidores del derrocado Zelaya!

Malas y buenas noticias

Volviendo a Argentina, la mala noticia es que el Senado votó una resolución en solidaridad con los periodistas del grupo Clarín. Estos dijeron sentirse amenazados porque en un afiche anónimo se publicaban sus fotos y se preguntaba cómo podían desempeñarse en un medio cuya presidenta está sospechada de apropiación de menores.

Esa resolución senatorial fue impulsada por la derecha afín a los medios (Gerardo Morales, Adolfo Rodríguez Saá y María E. Estenssoro) y también votada por el bloque kirchnerista, destacándose José Pampero y Miguel Pichetto.

Por eso Rosendo Fraga, ex asesor de la dictadura, celebró en “La Nación” ese acople oficialista. El 29 de abril en “La demonización de los periodistas”, comentó: “esta ofensiva del oficialismo, incluso lo está dividiendo políticamente. Figuras relevantes, como el gobernador de la provincia de Buenos Aires, el Presidente Provisional del Senado y el titular del bloque oficialista en dicha cámara se han pronunciado públicamente contra los ataques y escraches contra medios y periodistas”.

Por su parte la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados, controlada por la oposición y presidida por la radical Silvana Gíudici, repudió el “juicio político y ético” realizado el jueves de esta semana por la Asociación de Madres de Plaza de Mayo. Gíudici fue una de las más acérrimas enemigas de la ley democrática y ahora se imposta como vestal de la libertad de prensa.

La asociación de Bonafini hizo un acto político en la Plaza, con unas 500 personas, para cuestionar a los diarios y editoriales que más colaboraron con el Proceso. La lupa se posó también sobre Morales Solá, Mariano Grondona, Chiche Gelblung, Vicente Massot, Magdalena Ruiz Guiñazú, Claudio Escribano y Máximo Gainza Paz.

Ninguno de los nombrados tuvo el coraje cívico de ir a ese acto y pedir la palabra para refutar los cargos. Prefirieron concurrir a la Comisión de Libertad de Expresión del Senado y ponerse otra vez el traje de víctimas para ganar el aplauso de los legisladores amigos del monopolio. Ruiz Guiñazú exageró, al decir que juicios como el patrocinado por Madres, “son actitudes que pueden generar hechos dramáticos”. Morales Solá aseguró: “con este clima de persecución lo que se busca es eliminar la función del periodista”. En realidad quien buscó eliminar esa función fue su amigo de 1976 en Tucumán, el genocida Antonio D. Bussi, hoy condenado a cadena perpetua.

La buena noticia es que la Cámara Federal de Mendoza tuvo que conceder el recurso extraordinario presentado por el Estado nacional contra el fallo de marzo pasado de esos mismos camaristas contra la ley de servicios audiovisuales.

Quiere decir que con mucha lentitud, podría empezar a remontarse en Tribunales la escalada de fallos adversos. Pero mal que les pese al grupo Clarín, la derecha declarada y también a los kirchneristas Pampuro, Pichetto, Daniel Scioli y Aníbal Fernández, muchos argentinos que aprendieron de HIJOS y la lucha de derechos humanos, mantienen su idea. “Si no hay ley democrática de medios, hay escrache”.

La Razón
y su crónica fallida de las elecciones cubanas

Tercera Información


Aunque hemos encontrado algunas páginas web muy interesantes donde se critican a los medios españoles (1) por su falta de rigor en la cobertura informativa de las elecciones cubanas, los votantes en Tercera Información seleccionan esta noticia para ser desmontada. Y cada vez nos lo ponéis más fácil, porque una lectura rápida ya conlleva a cualquier persona con algo de criterio, a tirarse de los pelos o morderse el labio de impotencia.

Ángel Sastrte (si es que realmente ese apellido existe), escribe supuestamente desde Buenos Aires, el pasado 25 de abril de 2010 lo que se supone que es una crónica electoral. Para todo buen periodista, una crónica electoral implica una serie de requisitos e informaciones mínimas contrastadas, para, si acaso después (o durante, si el periodista no puede aguantar tres o cuatro párrafos sin soltar una de las suyas), arrojar una visión subjetiva. La Razón sólo ofrece su regocijo opinativo. Si para colmo, hablamos de un sistema electoral distinto al que está habituado el enviado o corresponsal, implica un esfuerzo mayor. Pero esto ya lo comentaba Pascual Serrano: «La primera complicación es comprender el sistema electoral para un extranjero, para ello el mejor modo es hacerse la siguiente pregunta: ¿Cuál es el procedimiento para que un ciudadano normal pueda ser representante municipal en Cuba?» (2) Si sólo leyéramos La Razón podríamos hacernos las siguientes preguntas (por falta de información) ¿Quién ha ganado las elecciones? ¿Porcentajes? ¿Estadísticas? ¿Abstención? Hay que acudir a fuentes oficiales (algo necesario aunque no de mi agrado), para obtener algunos datos. EleccionesenCuba.cu dice, por ejemplo: «El 94,69% del electorado [ha votado], más que en el proceso de 2007, datos que hablan por sí solos del respaldo popular no solo a los candidatos propuestos para integrar los órganos locales del Poder Popular, sino a su sistema político. A la tranquilidad con que transcurrieron los comicios, hay que sumarle que solo el 4,58% de las boletas depositadas aparecieron en blanco y resultaron anuladas el 4,33%, según datos que serán validados en los próximos días.» (3).

La Razón tilda a las elecciones de un país como “parodia”, lo cual es un insulto muy grave, que además define como “pantomima electoral”. No sabemos muy bien cómo unas elecciones podrían reírse de sí mismas, pero intuimos que tal vez sea el periódico el que quiere burlarse del sistema cubano, sin haberlo comprendido, pero al no ser tan tecnológico, tan moderno. Algo que critica inmediatamente: «Los candidatos no aparecen en los medios de comunicación, no hacen debates entre sí, tampoco realizan mítines ni encuentros con los electores». La Razón piensa que nuestro sistema (democracia española, europea, tal vez occidental) es superior porque se ampara en los medios de comunicación, y en la técnica. Ese dogma maléfico que impone que “el medio es el mensaje” sigue presente, incluso como argumento crítico.

Pero la postura no es exclusiva, La Razón (todos los grandes medios españoles) suele no respetar los problemas de 12.000.000 de cubanos, tratando sus problemas a coña, con titulares como La última víctima del castrismo es su industria más emblemática: Cuba se queda sin «¡azuuuúcar...!» (4), continuando luego con el peor comienzo posible para una noticia «La próxima desaparición en Cuba del Ministerio del Azúcar no sorprende a nadie en absoluto» (¿Entonces para qué lo publicáis?). Es una mentira elevada a sí misma, una mentira al cuadrado.

Ese binomio insostenible informamos-peronoinformamos se demuestra analizando el uso de las fuentes. Se cita a un disidente y un escritor; dos personajes pintorescos (para el caso) que sólo aportan una visión crítica, no hay una tercera fuente que esté a favor de este sistema, o contribuya con otra visión, para posteriormente ofrecer un balance de opiniones o algo así. Pero en cualquier caso, el tal Ángel Sastrte, pese a estar allí para comprobarlo por sí mismo, ha tirado de fuentes de archivo. Incomprensible. Irrespetuoso.

Las críticas a la credibilidad democrática de las elecciones cubanas son muchas y algunas con bastante peso. Para los medios es fácil y económico jugar con esos argumentos, pero La Razón, por motivos que no alcanzamos a comprender, no ha querido hacer uso de la razón(valga la “repugnancia”) para establecer críticas fundamentadas, y desde luego, respetables. Todavía si discrepase de temas a menudo criticados como la prohibición de cualquier partido político excepto el comunista a acceder al poder, o el sistema de voto a mano alzada para la designación de candidatos a delegados, o tal vez de las actividades reguladoras de los Comités de Defensa de la Revolución, pues la crónica hubiera tenido al menos una opinión funcional… Pero se limita a simplificar Cuba como unipartidista.

No es una cuestión ideológica, es una cuestión de falta de habilidad para dedicarse a esto de la información electoral, donde El País, con sus pros y sus contras, sí que realiza este tipo de coberturas. Probablemente, no sean, como dicen los Castro, las elecciones más democráticas del mundo, pero sí da que pensar el hecho de que el mundo entero considere corruptas a unas elecciones con ínfimo margen de abstención.

Pascual Serrano (quien sí sabe cultivar ese género periodístico) concluye: «Y en cuanto a la metodología electoral, no es perfecta, y tampoco podemos pensar que deba ser aplicable en otros países. Lo que es indiscutible es que nadie puede decir que los países capitalistas son más democráticos. Nosotros nos hemos limitado aquí a explicar una jornada electoral en Cuba, que cada uno valore. Y de paso que compare con la abstención en su país».

____________________________________

“Es necesario sentir en la piel el destino de los desfavorecidos para comprender cuál es el lugar del periodista. El verdadero periodismo es intencional, a saber: aquel que se fija un objetivo y que intenta provocar algún tipo de cambio. No hay otro periodismo posible”

por Pascual Serrano

Los teóricos neoliberales centran su análisis sobre la información en la necesidad de elementos como la imparcialidad, la objetividad, la independencia, la neutralidad... El ejemplo más claro de que, en términos absolutos, no existe la neutralidad informativa se evidencia desde el momento en que se elige lo que es noticia[1]. Cuando un periódico selecciona como noticia principal de portada la concesión de un Oscar en Hollywood o un informe de Amnistía Internacional, está tomando una posición editorial determinada. Ya dijo Ryszard Zapuściński que no puede ser corresponsal quien “cree en la objetividad de la información, cuando el único informe posible siempre resulta personal y provisional”.[2]

Algo similar podríamos decir del concepto de equilibrio informativo. El veterano periodista experto en Oriente Medio Robert Fisk criticó ese falso discurso del equilibrio y afirmó que “los periodistas deberíamos estar del lado de quienes sufren. Si habláramos del comercio de esclavos en el siglo XVIII, no le daríamos igualdad de tiempo al capitán del navío de esclavos en nuestros reportes. Si cubriéramos la liberación de un campo de concentración nazi, no le daríamos igualdad de tiempo al vocero de las SS”.[3]

José Ignacio López Vigil ha dedicado toda su vida al periodismo comunitario en América Latina, al lado de la gente pobre y sencilla. Él también reivindica el compromiso frente a las injusticias:

Frente a un panorama tan cruel, ninguna persona sensible, con entrañas, puede permanecer indiferente. Es hora de poner todos nuestros esfuerzos personales, toda nuestra creatividad, para mejorar esta situación. No caben mirones cuando está en juego la vida de la mayoría de nuestros congéneres, incluida la del único planeta donde podemos vivirla.[4]

López Vigil va todavía más lejos:

Ni el arte por el arte, ni la información por la información. Buscamos informar para inconformar, para sacudir las comodidades de aquéllos a quienes les sobra y para remover la pasividad de aquéllos a quienes les falta. Las noticias, bien trabajadas, aún sin opinión explícita, sensibilizan sobre estos graves problemas y mueven voluntades para resolverlos.[5]

No faltan periodistas jóvenes de última generación que también reniegan del mito de la equidistancia, como Olga Rodríguez, curtida en los conflictos de Oriente Medio:

huyo de la equidistancia porque creo que es una trampa: no se puede tratar igual al que bombardea que al que es bombardeado, al invasor que al invadido, al opresor que al oprimido... Vivimos en un mundo plagado de desigualdades, injusticias y desequilibrios y creo que una de las misiones de los periodistas es buscar que la balanza se equilibre.[6]

Decía el poeta español Gabriel Celaya, “maldigo al poeta que no toma partido”, y hoy el recién fallecido ensayista estadounidense Howard Zinn afirma que “no se puede ser neutral viajando en un tren en marcha que se dirige a un despeñadero”.

El historiador Paul Preston recoge en su libroIdealistas bajo las balas, el sentimiento que vivieron los corresponsales de prensa extranjeros destinados en España durante la guerra civil[7]. Según Preston,

no se trataba sólo de describir lo que presenciaban. Muchos de ellos reflexionaban sobre las consecuencias que tendría para el resto del mundo lo que sucedía entonces en España. (…) se vieron empujados por la indignación a escribir en favor de la causa republicana, algunos a ejercer presión en sus respectivos países y, en unos pocos casos, a tomar las armas para defender la República.

Preston deja bien claro que ese activismo no fue “en detrimento de la fidelidad y la sinceridad de su quehacer informativo. De hecho, algunos de los corresponsales más comprometidos redactaron varios de los reportajes de guerra más precisos e imperecederos”.[8]

La percepción del periodismo como un compromiso con los oprimidos ha inspirado a lo más valioso de nuestra profesión, quienes, a diferencia del hipócrita discurso dominante actual, han reivindicado esa responsabilidad. Desde el cubano Pablo de la Torriente Brau al británico Robert Fisk o el franco-español Ignacio Ramonet. Recordemos que iniciativas tan justas y loables como la creación de un impuesto para las transacciones financieras especulativas (la Tasa Tobin), el apoyo a los Foros Sociales Mundiales o el combate al Acuerdo Multinacional de Inversiones (AMI) surgieron en medios de comunicación de indiscutible prestigio como Le Monde Diplomatique.

También lo han entendido así muchos fotoperiodistas profesionales: “Me molestan ciertas etiquetas, como cuando me dicen que soy un periodista solidario. Para mí el periodismo es compromiso”[9], afirmó el fotógrafo Gervasio Sánchez, Premio Nacional de Fotografía en España. El fotoperiodista todavía va más lejos: “Si yo fuera alguna vez decano de una facultad de Periodismo eliminaría una palabra: 'objetividad', la quitaría, rechazaría y quemaría”.[10]

El periodista siempre tendrá la tentación de dejarse llevar por los oropeles palaciegos, bien por razones económicas, por sumisión al poder, o simplemente por la tendencia a considerar más veraz y valiosa la información solo porque procede de la moqueta y el esplendor de los centros del poder. Pero hay que recordar que tenemos una obligación social, un compromiso, una especie de juramento hipocrático que consiste en sacar a la luz, en informar sobre tantas y tantas luchas de hombres y mujeres que combaten por su supervivencia y dignidad.

Como dice Kapuscinski en su obra El Sha, debemos reivindicar “las palabras que circulan libremente, palabras clandestinas, rebeldes, palabras que no van vestidas de uniforme de gala, desprovistas del sello oficial”.

Por eso, cuando en una guerra un jefe militar nos anuncie una liberación, le preguntaremos a la señora que salió a comprar el pan en la zona recién liberada; mientras el ministro nos esté enseñando el nuevo hospital inaugurado, acercaremos el micrófono al anciano que se encuentra en la sala de espera, y durante la pomposa inauguración de la industria de vanguardia tecnológica interrogaremos al obrero por su paga.

Tal como sucedió a los periodistas decentes que cubrieron la guerra civil en España, es necesario sentir en la piel el destino de los desfavorecidos para comprender cuál es el lugar del periodista.

El verdadero periodismo es intencional, a saber: aquel que se fija un objetivo y que intenta provocar algún tipo de cambio. No hay otro periodismo posible. Hablo, obviamente, del buen periodista. Si leéis los escritos de los mejores periodistas —las obras de Mark Twain, de Ernest Hemingway, de Gabriel García Márquez—, comprobaréis que se trata siempre de periodismo intencional.[11]

El discurso de la neutralidad se utiliza inteligentemente desde los medios de comunicación neoliberales. Basta con observar los nombres con los que gustan denominarse en sus cabeceras: El Imparcial,Informaciones,ABC, La Nación, El Mundo,El País,La Razón. Todos son asépticos y neutrales, como desean que creamos que son sus contenidos. Su celo por aparentar ausencia de ideología les lleva incluso a prohibir a sus periodistas que tengan ideas hasta fuera de la redacción, en su vida privada.

La ciudadanía se indigna ante cualquier intento de dirigismo político e ideológico. Sabedores de eso, la estrategia actual de los medios es disimular a toda costa la intencionalidad para que pase inadvertida a las audiencias y pueda ser efectiva. El objetivo es proporcionar (u ocultar) al lector, oyente o espectador determinados elementos de contexto, antecedentes, silenciamientos o métodos discursivos (en el caso de los medios audiovisuales las posibilidades son infinitas) para que llegue a una conclusión y posición ideológica determinadas, pero con la percepción que es el resultado de su capacidad deductiva y no del dirigismo del medio de comunicación. De ahí la importancia de denunciar las falsas objetividades y neutralidades para dignificar un periodismo de principios y valores.

Los grandes medios comerciales hablan de neutralidad periodística mientras tienen periodistas empotrados entre las filas del ejército estadounidense en Iraq, de pluralidad informativa cuando sus redactores no salen de la sala de prensa de la Casa Blanca y nunca han visitado un suburbio de Washington o Nueva York, de imparcialidad mientras siguen estigmatizando en sus informaciones a los gobiernos que cometen el delito de recuperar sus recursos naturales de las manos de transnacionales. Alardean de objetividad, pero sus páginas y espacios informativos se reservan al oropel, el lujo y el glamour de famosos y grandes fortunas que identifican de esta forma como modelos a admirar.

No es verdad que los medios de comunicación comerciales sean soportes neutrales de información. Ellos militan y hacen apología de un modelo económico concreto en el que se desenvuelven y del que obtienen beneficios, bien para su propia empresa o para la casa matriz accionista.

Frente a ello, no se trata de que desde el compromiso del periodista el periodismo se convierta en panfleto: la ciudadanía rechaza los intentos de un periodismo militante que no aporta rigor ni información contrastada y sólo incluye ideología. Lo que reivindicamos es la recuperación de la dignidad y el servicio a la comunidad, a la justicia social, a la soberanía de los pueblos y a las libertades. No será periodismo si no se hace así, como no es medicina curar solo a quienes tienen dinero para pagarla.

No se debe confundir periodismo comprometido con servir incondicionalmente a un partido político o a un gobierno con el que se simpatiza. El compromiso es con unos principios y unos valores, no con unas siglas o un determinado órgano de poder. Y, sobre todo, dar la voz a quienes tantas veces tiene vetado el acceso a los medios de comunicación.

La escritora Elena Poniatowska en su libro La noche de Tlatelolco,[12] recogió la masacre de cientos de estudiantes que protestaban en la plaza de ese mismo nombre, en la ciudad de México, el 2 de octubre de 1968. Para ello se dedicó a transcribir textualmente los testimonios de los afectados y ordenados cronológicamente. Sin duda se trata de un periodismo incompleto —hay elementos y datos que no se pueden ofrecer mediante testimonios—, pero es un ejercicio magnífico de dar la voz a la gente.

En muchos foros los profesionales insisten en que su capacidad de maniobra para practicar un periodismo comprometido con valores distintos de los impuestos por el mercado es muy limitada. Es verdad, pero es imprescindible que todo periodista ponga al servicio de esos ideales sus conocimientos y su trabajo si quiere que la decencia sea emblema e insignia de su vida y su profesión, y probablemente deba ser fuera de su puesto de trabajo en un medio de comunicación comercial.

No se trata de militancia, sino de de decencia. La decencia es lo que diferencia al biólogo que trabaja para una gran empresa de transgénicos o para una organización ecologista, al abogado que defiende los intereses de una multinacional o los de los trabajadores que exigen un sueldo justo, al militar que dispara contra el pueblo refugiándose en órdenes de superiores o al que combate al lado de la gente. Ninguno de ellos puede ser neutral, ni imparcial, ni objetivo.

--------------------------------

NOTAS

[1] Ver capítulo “Así funciona el modelo” en Serrano, Pascual.Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo. Península. Barcelona, junio 2009.

[2] Ryszard Zapuściński.Los cínicos no sirven para este oficio. Sobre el buen periodismo. Anagrama. Barcelona 2002. pág. 21.

[3] Fisk, Robert. “Tediosas comparaciones sobre Oriente Medio”.
La Jornada.13-1-2009 http://www.jornada.unam.mx/2009/01/13/index.php?section=opinion&article=024a1mun

[4] López Vigil, José Ignacio.
Manual urgente para radialistas apasionadas y apasionados. Ministerio de Información y Comunicación de Venezuela. 2005

[5] Ibídem

[6] Muñoz, S. Entrevista en la revista Paisajes. Noviembre 2009

[7] Preston, Paul. Idealistas bajo las balas. Corresponsales extranjeros en la guerra de España. DeBolsillo 2008

[8] Ibídem. pp. 16 y 17

[9] Público. 7-11-2009

[10] Declaraciones a CNN + 8-11-2009

[11] Ryszard Zapuściński.Los cínicos no sirven para este oficio. Sobre el buen periodismo. Anagrama. Barcelona 2002. pp. 38 y 39

[12] Elena Poniatowska. La noche de Tlatelolco. Editorial Era, 2007

Tomado de Le Monde diplomatique

____________________________________


LA AGENCIA DE COMUNICACIÓN QUE HACE EL TRABAJO SUCIO PARA "CLARÍN"

Carlos Souto, director de La Ese, se jacta de haber armado las imágenes de muchos dirigentes políticos de la oposición.
25-04-2010 /
Las operaciones clandestinas del grupo de tareas formado por el publicista Carlos Souto.
Por Lucas Carrasco y Jimena Arnolfi

El Grupo Clarín contrató a la agencia internacional de publicidad La Ese, especializada en marketing político, para reclutar un ejército pago que congestione las líneas de teléfonos de radios –de modo que sólo ingresen los llamados de sus telemarketers– y para que insulte a los comentaristas de internet que escriban en contra del Grupo Clarín o a favor de la ley de medios K y el Fútbol para todos. Esa agencia, también se encarga de guionar los discursos para aquellos que defienden la judicialización de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual para impedir su plena vigencia.
La primera tanda de contratados –unos 30 empleados en negro– fue en octubre de 2009, cuando se trató la ley de medios en el Congreso y el debate tomó estado público. Los bloggers rentados por el Grupo Clarín debían instalar términos como ley k, ley mordaza, dictadura o corrupción.
Aún hoy y con miras de seguir hasta la campaña electoral del 2011, el grupo de tareas mediáticas contratado por La Ese libra sus batallas remotas en las lujosas oficinas de Perú al 800, barrio de San Telmo, en una hermosa casona de estilo francés construida en 1912. Ahí funciona La Ese, propiedad de Carlos Souto.
Los creativos de Souto escribieron la solicitada y el guión del mensaje televisado de Marcela y Felipe Noble Herrera en los canales del Grupo Clarín, hablando en contra de la ley que establece al Banco Nacional de Datos Genéticos como el único autorizado para el estudio de compatibilidad para personas que hubieran sido apropiadas durante la última dictadura militar (ver página 5).
Clientes. La lista de Souto no tiene desperdicio. Fue publicista de la Alianza que encabezó Fernando De La Rúa, intentó sin éxito remontar a Carlos Menem en 2003 y actualmente se enorgullece de haber trabajado con Julio Cobos y de ser el verdadero cerebro del “Alika, Alikate” para catapultar como líder de la antipolítica al colombiano Francisco De Narváez.
La usina anti k. Está conformada por dos áreas: el blog y el call center. Los bloggers intervienen los medios gráficos online a través de la redacción de comentarios apelando a identidades falsas. Desde un buscador rastrean números de DNI y luego utilizan los nombres de esas personas para llenar los formularios de las páginas donde mandan mensajes escritos por creativos. Además se encargan de hacer control del scroll: cuentan cuántos comentarios a favor y cuántos comentarios en contra hay sobre la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, investigan quiénes son los usuarios que comentan en las antípodas de la bajada de línea recibida, etc. También mandan mails a las casillas de esos comentaristas, generan confianza y establecen una relación. Entre las páginas que graffittean figuran la web de La Nación, La Política On Line, Crítica de la Argentina, Minuto Uno y Perfil.
Todas estas actividades están destinadas a falsear identidades y contravenir toda la deontología periodística, así como los códigos de ética de la comunicación publicitaria. Se asemejan a talleres de costura clandestina que después son utilizados por las grandes marcas. Con un agravante, a quienes cosen por un salario de miseria, no les obligan a mentir o a hacer tareas delictivas.
Miradas al Sur accedió a fuentes inobjetables para reconstruir la actividad de La Ese. El clima de secretismo está reforzado por un pedido oral de confidencialidad. Un tema que tiene estatutos legales y valen sólo en la medida en que estén firmados por conformidad plena por los empleados de las empresas. En este caso se trata apenas de una simulación para amedrentar a jóvenes que trabajan en negro y no están asesorados legalmente. Además, va acompañado con un adoctrinamiento político: “Esto es una guerra” y “el Gobierno hace lo mismo que nosotros pero al revés”, les dicen.
Modus operandi. Los empleados del call center son los que se dedican a bloquear las líneas de oyentes de las principales radios en las que curiosamente no figuran las del Grupo Clarín: Nacional, Del Plata, América, Continental, La Red, La Diez, Metro, Rock And Pop y Belgrano.
A su vez, se encargan de desgrabar lo dicho en esas radios para monitorear lo que va sucediendo. Hacen estadísticas, informes sobre cuál es la tendencia de cada conductor, qué línea política desarrolla cada programa, cuáles se acercan más al Gobierno, cuáles se alejan más, etc. Siempre desde la óptica de los intereses políticos y económicos del Grupo Clarín.
El sector call center posee un servidor de última generación que permite que en las radios se bloqueen los conmutadores de modo que sólo lleguen los mensajes guionados por la empresa contratada del Grupo Clarín, y simultáneamente se delinea la estrategia de ataque a la ley de medios k. Los jefes de la usina entregan chips y tarjetas telefónicas para cambiar el número del teléfono de manera que sea imposible de comprobar que todos los llamados vienen del mismo lugar.
Por su parte, los supuestos bloggers tienen a su disposición un software propio que rastrea los comentarios adversos a Clarín en internet. Así pueden detectarlos y bajar línea anti K. Las computadoras de la agencia de Souto poseen modems inalámbricos y un sistema rotativo de IP’s para que tampoco se puedan rastrear las rutas de las PC que efectúan los mensajes.
El coordinador de los grupos es el hijo del Fiscal Federal de Misiones Juan Carlos Tesorero (ver recuadro), Juan Andrés Tesorero, sobrino de Carlos Souto. El estudio jurídico que el Fiscal abrió por intermedio de su esposa en la ciudad de Buenos Aires tuvo su primera baja hace dos meses: Juan Andrés renunció al trabajo con su madre para dedicarse tiempo completo a la cruzada anti K. De hecho, hasta cambió de barrio para mudarse a la misma cuadra de la agencia La Ese.
“No hablar ni con la familia del tema”. Ése es uno de los pedidos explícitos de Juan Andrés Tesorero a la hora de contactar a los reclusos de la usina anti K. Confidencialidad ante todo. Ninguno llega a formar parte de esta campaña sucia respondiendo a una búsqueda laboral naturalizada. Todos son “amigos de”, “familiares de”, “conocidos de”. Gente que va a poner el cuerpo y va a guardar el secreto ante todo. Pero todo gran plan tiene sus baches.
Una de las promesas iniciales que reciben los contratados es la “certeza” de un mejor trabajo a futuro tras algunos meses de pasantía informal y deleznable. Juan Andrés se encarga de mostrar las fotos de su tío al lado de Elisa Carrió, Francisco De Narváez, Julio Cobos, Carlos Menem y el resto de los contactos de los que se vale económicamente la agencia. En La Ese se respira el poder.
Así es como estos jóvenes estudiantes universitarios, con necesidades económicas y promesas falsas de inserción laboral en puestos de trabajo más reales y menos vergonzantes, reciben salarios por encima de la media. Los salarios provenientes del dinero del Grupo Clarín oscilan entre los 2.000 pesos para principiantes y los 4.000 para quienes se adapten con comodidad a la dinámica de pulverizar la ética aprendida en la UBA.
La falsificación online de la identidad. A la hora de hacer un comentario en algunas de las páginas de internet de los diarios, los honrados ciudadanos que ejercen su derecho a la libre expresión deben completar un formulario donde se pide nombre y apellido, DNI, teléfono y dirección entre otros datos de rigor. Pues bien, quienes trabajan en esta usina destinada a intoxicar la comunicación, falsean identidades para efectuar la tarea de mostrarse indignados ante “la prepotencia gubernamental” cuando en realidad son sólo mensajeros de creativos publicitarios pagados por los grandes medios.
Estilo Souto. La agencia se vale de una serie de tópicos para instalar una serie de palabras y conceptos: descalificaciones agresivas a todo lo que se jacte de K, discursos desestabilizadores, términos construidos para temas específicos y adjetivos infaltables –
“PROGREcinismo”, “guerrilleros”, “bolches”, “los KK”, etc.–. Entonces se leen cosas como “Se trata de aprietes de la izquierda vernácula, que no puede con su genio y, como en los ’70, saca a relucir su repugnante Fascismo de Izquierda” (dixit de un comentario posteado en la crónica Cuando la plaza se pone a hablar, publicada por Miradas al Sur en el número anterior).
Por otro lado, los contratados reciben una advertencia: nunca hablar de “monopolio”. Nunca mencionar a Clarín. Ahora bien. Es inevitable que un chico que escribe cientos de mensajes por día no repita su discurso. Al hacer la prueba, uno hace un copy paste en uno de estos mensajes corrosivamente anti K, lo pega en la caja de búsqueda de Google y, oh patafísica, el mismo mensaje figura repetidamente en distintas notas de distintas páginas web.
Grupo de tareas sin vacaciones. En enero y febrero de este año la agencia La Ese alquiló casas de veraneo en la costa y trasladó sus oficinas. Los contratados cobraban por unos días de trabajo en la playa lo mismo que durante un mes en Buenos Aires. Los jefes les entregaban chips, tarjetas telefónicas y computadoras con modems inalámbricos para que ninguna de las nuevas intervenciones veraniegas fueran detectadas.
La tarea consistía en escuchar ininterrumpidamente dos radios que no fueran del Grupo Clarín por persona y tomar apuntes tal como lo hacían en las oficinas de San Telmo. Estos apuntes debían ser quemados sistemáticamente para que no quedaran rastros de sus tareas.
Cadena monopólica. El jueves último, cuando la solicitada de Marcela y Felipe ya estaba publicada en los principales diarios del país, La Ese recibió una visita en sus oficinas. Era un ejecutivo de Clarín que iba a certificar que ese grupo de tareas estaba en pleno funcionamiento justo el día de la publicación de la solicitada. Necesitaban que las páginas webs estuvieran inundadas de mensajes en los cuales se entendía “la ternura de una madre a sus dos hijos adoptados”. En cambio de asumir la cruda realidad: Ernestina Herrera Noble está sospechada de fraguar la verdadera identidad de Felipe y Marcela.
El viernes pasado al mediodía, Carlos Souto dio la orden de parar las otras actividades de la agencia. El portal digital de Crítica había lanzado una encuesta en su página web, preguntando si Marcela y Felipe Noble Herrera eran rehenes de Clarín o eran manipulados por el Gobierno. El porcentaje mayoritario votaba por la opción “rehenes de Clarín”. Souto pegó el grito en el cielo y ordenó que todos sus empleados dejaran las tareas y clickearan para que Clarín ganara esa supuesta encuesta virtual. Detalle final: esta historia tomada como un juego digital por jóvenes que no saben cuáles son sus derechos y obligaciones tiene un pariente terrorífico en el pasado reciente. Es una réplica de las usinas de desinformación de agentes y ex agentes de las Fuerzas Armadas de seguridad que en los primeros años de la democracia sembraron el temor y el clima de desestabilización de determinado grupos de poder.

(Fuente: "Miradas al Sur")
_______________________________

FM CENIT TE LLEVA AL MUNDIAL

AHORA TE PODÉS GANAR 2 PASAJES IDA Y VUELTA, EN HOTEL 5 ESTRELLAS Y TODOS LOS GASTOS DE ESTADÍA PAGOS PARA EL PROXIMO MUNDIAL DE SUDAFRICA.

Incluye traslado, y entradas para el partido inaugural, las etapas y la gran final.

RESPONDÉ A LAS SIGUIENTES PREGUNTAS Y VIAJA CON "FM Cenit"A SUDAFRICA 2010

1. ¿Cuál de los estudiantes de la foto de abajo tiene aspecto de cansado y/o con sueño?

2. ¿Cuáles son mellizos varones?

3. ¿Cuales son mellizas mujeres?

4. ¿Cuál es el o la profesor/a?

5. ¿Cuál esta seco/a de vientre?

6. ¿Cual salió recién de la peluquería




No hay comentarios: