UNA APARICIÓN OPORTUNA
Por Rodolfo Casals, para "Después de la Nada"
Mirando por tercera vez en la televisión el magnifico espectáculo montado sobre la fachada del histórico Cabildo, reparé en una figura familiar que asomaba brevemente sobre el lado izquierdo cuando se describía la resistencia popular a las dictaduras.¡Era el perfil de Agustín Tosco! , con su brazo en alto, su mameluco azul de trabajador de Luz y Fuerza y su frente alta y digna que avanzaba sobre sus pelos ralos peinados hacia atrás.
Sentí que se hacía justicia, y luego me di cuenta que era imposible repasar la historia de la lucha popular de la segunda mitad del siglo veinte sin toparse con esa figura , que siendo un dirigente central del ala izquierda del movimiento obrero de su época, fue a la vez un caudillo popular en su Córdoba y en todo el país, querido y admirado por millones de argentinos de distinta condición social.
¿Y no es eso a lo que debe aspirar un dirigente de los trabajadores?¿No es eso lo que esperan de él los distintos sectores populares que reconocen en los trabajadores, no tal vez el destino manifiesto de ser la vanguardia del pueblo como se pensó mucho tiempo, pero sí su tradición de lucha ,su capacidad de actuar colectivamente y la contundencia de su accionar cuando los encolumna una causa justa?
Este dirigente nacido en 1930 en Moldes, sur de Córdoba, y fallecido en 1975 en la clandestinidad, producto de una enfermedad infecciosa, era hijo de pequeños campesinos, pudo estudiar en una escuela técnica y luego cursar tres años en la reciente mente creada Universidad Tecnológica Nacional.
Su preparación intelectual se completó con abundantes lecturas sobre todos los temas, particularmente los que tenían que ver con su obsesión: La redención de los trabajadores y los pueblos de Latinoamérica .
El pensamiento de Tosco, a diferencia del de muchos de sus compañeros de lucha, quedo registrado en numerosos escritos, particularmente en “Electrum”, órgano de prensa del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba ; también el periódico de la CGT de los argentinos que dirigía Rodolfo Walsh y en múltiples reportajes y notas en revistas y diarios nacionales.
En estos días, mas precisamente el 29 de mayo, se conmemoró el aniversario número 41 del Cordobazo, ese extraordinario levantamiento popular contra la dictadura del General Onganía , que la hirió de muerte y abrió las puertas a un amplio proceso de lucha. Tosco fue un protagonista central de esas jornadas y cuando intervino el ejército con tres mil hombres para sofocar la rebelión popular y recuperar la ciudad de Córdoba, fue capturado y junto a otros dirigentes condenado por tribunales militares a largos años de prisión en cárceles del lejano sur patagónico. Siete meses después la lucha popular los arrancó de allí, y volvieron a sus puestos.
Las características particulares con que vivió Córdoba los seis años de lucha contra aquella dictadura tuvieron que ver con la coincidencia de un gran proceso de industrialización moderno y concentrado en las grandes industrias con un estudiantado numeroso y con múltiples lazos con los obreros modernos, especialmente metalmecánicos.
Córdoba estaba poblada de múltiples expresiones de la izquierda , que abrevaban en las principales líneas de pensamiento de la época: Sectores de la izquierda peronista, del guevarismo, de la teología de la liberación, izquierda tradicional comunista y socialista, maoístas, trotskistas y también formaban parte de esa pléyade de luchadores dirigentes del peronismo histórico y el sindicalismo oficial muchos de los cuales jugaron un importante papel en la lucha. Todos con un importante grado de representación en gremios, universidades y territorios.
Un dato central de los esfuerzos de Tosco fue la búsqueda de la unidad.
Muchos analistas sobre esos años de ascenso y radicalización del pueblo argentino, opinan que en nuestro país no hubo, en esa época, muchos aportes originales al pensamiento revolucionario, sino que lo original fue la enorme adhesión, en particular de los jóvenes a las ideas que había.
No me propongo debatir en estas breves líneas con esa opinión, pero si decir que Agustín Tosco tuvo la particularidad de ser un preclaro mentor y constructor de la unidad de todo eso. Y no solo de la unidad en general sino de la unidad de los revolucionarios, de las distintas vertientes de los que en esos años buscaban construir una vanguardia. Y esta practica fue sin duda un factor decisivo en otras experiencias , en otras izquierdas que llegaron en sus condiciones a esa misma conclusión y pudieron triunfar, como es el caso del Sandinismo y el Frente Farabundo Martí de Liberación y antes que todos Fidel Castro y el Che.
La idea de un frente de liberación y de la unidad en la diversidad en la Argentina tiene y tuvo muchos partidarios , pero me atrevo a decir que hay dos que tienen los mayores méritos , por su pensamiento y su práctica: Agustín Tosco y John William Cooke.
Hoy estamos en una época distinta y las ideas del cambio social que impulsó Tosco se abren paso de otra manera en nuestra región y en la Argentina
.En estos días nuestro pueblo está dando muestras de una revitalización de la voluntad de participación en un proceso de cambio, luego de la fuerte ofensiva política y mediática de la derecha. Tal vez la fugaz aparición de la figura de Tosco en la fachada del Cabildo, no sea solo un acto de justicia. Tal vez sea un augurio y una profecía.
LA POLICÍA BONAERENSE, UN TEMA CON HISTORIA
Por Rodolfo Casals, para “Después de la Nada ”
Frente a un nuevo aniversario del nefasto golpe de estado del 24 de marzo de 1976, aparecen en el orden del día del movimiento popular múltiples temas , tanto del pasado como del presente. Es llamativo que dentro de los que hoy se declaran candidatos a presidente de la nación para las próximas elecciones, aparezcan declaraciones de uno de ellos ( que ya ocupo la primera magistratura, aunque no elegido por el voto popular sino por el congreso) instando a construir un gobierno de “unidad nacional” que abarque un amplio espectro político incluidos aquellos que simpatizan con Videla. Se trata como es público y notorio de Eduardo Duhalde. La sola mención de su nombre hace recordar inmediatamente otra frase célebre que el le dedicó a los herederos directos de una de las creaciones mas monstruosas de la dictadura , la policía bonaerense de Camps y Etchecolatz, diciendo que los comisarios y jefes que regenteaban la “bonaerense” durante su gestión como gobernador eran “la mejor policía del mundo”.
Pero no se trata de volver sobre temas y personajes tan conocidos , sino que me quiero referir de manera muy sucinta a un tema de actualidad absoluta: ¿Qué pasa hoy con la policía de la provincia?¿Cual es el rumbo que le imprime el gobierno provincial?.
La frase anteriormente citada fue pronunciada en los aciagos días en que apareció calcinado en una cava de Pinamar el cadáver del periodista gráfico Jose Luis Cabezas. Es bueno recordar que la justicia demostró que dicho crimen se cometió con una amplia protección policial. El autor material del asesinato fue un oficial de la fuerza y el comisario de Pinamar organizó una “zona liberada” para facilitar el accionar de la banda criminal.
Este episodio colmó el vaso de los múltiples atropellos de la policía de esos años, consistentes en relaciones fluidas con la delincuencia de todo tipo, sociedades con la actividad de las bandas de piratas del asfalto y narcotraficantes; y muy en particular dos formas de accionar que no tienen solo que ver con la obtención de dinero ilegal sino mas bien con un rol político y de poder: el control social en las inmensas poblaciones populares del Gran Buenos Aires y las principales ciudades de la provincia.
Estas dos formas son: 1) El llamado” Gatillo Fácil”,que consistió históricamente en el asesinato de jóvenes en la calle o el interior de las reparticiones; 2) La “regulación del delito”, que consiste en que los grupos de delincuentes, sobre todo jóvenes y especializados en robos en domicilios, de automotores, y otros delitos por el estilo, son manejados por elementos de la policía del lugar y utilizados para “recaudar” y también como mano de obra para producir crímenes de gran impacto en la población que luego son utilizados con fines políticos en los recurrentes debates sobre la seguridad pública.
El crimen de Cabezas y su impacto, desataron un reforma profunda de la policía provincial que incluyó purgas masivas de elementos corruptos; mayor control del poder civil sobre una fuerza de mas de 50.000 hombres; nuevos métodos de formación de los ingresantes a la misma; participación de la comunidad a través de los llamados Foros de Seguridad , y otro conjunto de medidas tendientes a atacar una de las fuentes principales del delito: la corrupción policial. No es objeto de esta breve nota describir el importante y original intento de abordar este espinoso tema liderado por el dos veces Ministro de Seguridad bonaerense, el Dr. León Arslanián , sino solo señalar su vigencia por más de seis años, con resultados dispares y con una conclusión central: solo una fuerte decisión política del poder puede sustentar un proceso de cambio en este tema.
Hoy la situación ha dado un giro preocupante .El actual gobierno provincial ha recaído en lo que algunos especialistas en el tema denominan “demagogia penal”, que consiste en reaccionar ante el accionar delictivo y la escandalosa amplificación que de ellos realizan algunos medios de comunicación de masas, con propuestas de endurecimiento de penas, declaraciones rimbombantes sobre soluciones mágicas o unilaterales a un problema multicausal por excelencia, y también ceder ante la presión policial que siempreexige mas autonomía ,menos sujeción a las reglas y garantías de los ciudadanos, mas libertad y protección para los espurios negocios que operan importantes sectores de la institución, etc.
Se nota claramente que el ideal de policía de los viejos tiempos está muy presente en muchos integrantes de la fuerza que pugnan por una policía autodirigida, militarizada y que llegue incluso a tratar de igual a igual con el poder civil. Y también se nota que en algunos ámbitos civiles de la política, estas ideas no son mal vistas .Tal vez los escandalosos episodios relacionados con la aún nonata Policía Metropolitana en la ciudad de Buenos Aires son una prueba de lo que decimos y de cómo piensa en realidad estos temas la derecha mas recalcitrante.
Pero el giro al que nos referimos anteriormente en la política del gobernador Scioli y su ministro de Seguridad el Dr Stornelli no se agota en reformas permanente al código de procedimientos, sino que la institución policial ha sido reformada en un sentido que entendemos es negativo:mayor concentración de poder en la cúpula, vuelta a la existencia de dos escalafones para el personal lo que vuelve a marcar una neta disparidad de oportunidades entre la oficialidad y el personal subalterno; falta de estímulo a la participación de las organizaciones de la comunidad en los temas de seguridad ciudadana, etc.
Llama la atención que se actúe en esta dirección cuando en el gran Buenos Aires se vuelven a registrar casos de crímenes policiales, especialmente contra jóvenes; el mas conocido es sin duda el del joven matancero Luciano Arruga, que habiéndose negado reiteradamente a delinquir al servicio de un grupo de policías del lugar desapareció luego de ser visto detenido en la comisaría de Lomas del Mirador.
Pero tal vez el hecho mas notable e inédito, lo produjo el principal responsable de la seguridad en la provincia, el ministro Stornelli , que radicó una denuncia ante la justicia planteando que sectores de la policía conducían a los menores que cometieron en el último tiempo crímenes espantosos en el gran Buenos Aires cuyas victimas fueron casi todas mujeres jóvenes, particularmente maestras. Y que en declaraciones públicas señalara que el móvil de tales policías instigadores era desgastar políticamente al Gobernador y a él mismo.
Luego de tan importante denuncia, podríamos esperar medidas de mayor control y rienda corta sobre la fuerza, pero lejos de eso , en éstos días, la principal noticia sobre el tema es que el gobernador insiste en que la Legislatura Provincial apruebe una ley reinstalando un Código Contravencional que consiste ni mas ni menos en dar amplios poderes a la policía para actuar en la vía publica con las viejas herramientas inconstitucionales y arbitrarias de la vieja bonaerense. Allí se propone reinstalar la figura del “merodeo”,la “vagancia” y el “ taparse el rostro sin justificación válida”.Se plantea que será reprimido con cárcel y multas aquellos que en concentraciones publicas insulten y profieran amenazas, lo cual se vería agravado si el objeto de dichas agresiones fueran menores, discapacitados o ¡¡funcionarios públicos…!!. No creo que haya muchos casos de insultos multitudinarios a menores o discapacitados, pero todo aquel que salga a reclamar algo ante el poder debería llevar un ejemplar del nuevo código si no quiere pasarse una temporada a la” sombra”.
Realmente el proyecto de ley es un dechado de propuestas autoritarias, represivas e inconstitucionales , que no se condicen con las verdaderas necesidades de una política de seguridad seria y eficaz, sino mas bien con preparativos para reprimir la protesta social, amedrentar a la población conculcando sus mas elementales derechos ,y darle a la policía un arma mas para salirse de la ley.
¿Será una casualidad que ante la negativa de muchos diputados y senadores del oficialismo para aprobar semejante engendro, el ejecutivo provincial haya abierto negociaciones con el Macrismo de la provincia para obtener sus votos?
No sabemos si el rumbo tomado por el gobierno bonaerense en este tema es definitivo o no, pero estamos seguros de que si no se apela a la memoria y a las trágicas experiencias que vivimos con la “maldita policía”, nadie quedará al margen de las consecuencias.
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