
Por este gusto de quemarme al sol
SUSANA ESTHER SOBA
PATIO DE LA CASA DE LA POETISA, EN SALADILLO

CAMINANDO
Caminando, caminando.
¡Caminando!
Voy sin rumbo caminando,
caminando;
voy sin plata caminando,
caminando;
voy muy triste caminando,
¡Caminando!
Está lejos quien me busca,
caminando;
quien me espera está más lejos,
caminando;
y ya empeñé mi guitarra,
¡Caminando!
Ay,
las piernas se ponen duras,
caminando;
los ojos ven desde lejos,
caminando;
la mano agarra y no suelta,
¡Caminando!
Al que yo coja y lo apriete,
caminando,
ése la paga por todos,
caminando;
a ése le parto el pescuezo,
caminando,
y aunque me pida perdón,
me lo como y me lo bebo,
me lo bebo y me lo como,
caminando,
caminando,
¡Caminando!
NICOLÁS GUILLÉN
______________________
ME CAIGO Y ME LEVANTO
Hacia adelante y hacia atrás
en el espacio y en el tiempo
La humanidad ha progresado
progresó y progresará
Hacia adelante y hacia atrás
en el ensueño y en el miedo
¿La humanidad ha progresado
progresó o progresará?
Hacia adelante y hacia atrás
al mismo tiempo al mismo tiempo
RODOLFO ALONSO
__________________________
COMO QUIEN VIVE
Como quien sale al campo en el estío
Gozando su silencio y su murmullo,
Bebiendo el sol, la lluvia y el rocío
Y sabiendo que nunca ha de ser suyo,
Es la vida del que vive cada día
Persiguiendo solamente una alegría.
Como espectro que pasa y que se aleja
Con simple vocación de subsistencia,
Y regresa y bebe una botella
Que le presta un poco de inconciencia,
Es la vida del que vive cada día
En oscuro socavón de piedra fría.
Como rostros tallados en acero
Insinuando un gesto rudo y de misterio.
Como cruel disparo de mortero,
Un ocaso de otoño en cementerio,
Es la vida del que vive cada día
Pensando en aumentar la plusvalía.
Como glaciar que avanza y retrocede,
Que destruye, muere y deja huella.
Como un tizón que se extingue
Y enciende luego una estrella,
Es la vida del que vive cada día
Persiguiendo de cerca una Utopía.
JULIO SALESSES
_______________________
Hágase libre lo que fue deber.
Profundícese el surco de la huella;
reverdézcanse sol, luna y estrellas
en esa tierra que me vio nacer.
A desencanto, opóngase deseo.
Superen la erre de revolución.
Restauren lo decrépito que veo,
pero déjenme el brazo de Maceo
y, para conducirlo, su razón.
Seguimos aspirantes de lo mismo
que todo niño quiere atesorar:
una mano apretada en el abismo,
la vida como único extremismo
y una pequeña luz para soñar.
Las fronteras son ansias sin coraje.
Quiero que conste de una vez aquí.
Cuando las alas se vuelven herrajes,
es hora de volver a hacer el viaje
a la semilla de José Martí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario