
JORNADAS DE DERECHO DE
CONSTRUCCIÓN SUPERESTRUCTURAL Y ECONOMICISMO
(Una mirada sobre el proceso de ratificación de
Dr. Julio SALESSES
Todavía resuenan en nuestros oídos las palabras que el Embajador de
Hace ya un tiempo que venimos cuestionando, en distintos foros, la metodología, el perfil y los factores que se ponderan en la generación de los espacios regionales. Y a pesar de que dichos cuestionamientos resultan una y otra vez avalados por los resultados, no podemos negar que muchas veces nos sentimos “rara avis”, cuando hacemos planteos culturales, políticos y educativos en medio de economistas que buscan razones de éxitos y fracasos de los procesos de integración, en los aranceles externos, en la compensación de las asimetrías micro y macroeconómicas, o en la asimilación de las estructuras fiscales.
Sin embargo, el triunfo del “no” en los plebiscitos destinados a aprobar el Tratado Constitucional europeo, nos obliga una vez más a considerar algunos otros elementos que inciden en el avance de los procesos de integración.
Agotar el análisis de los factores que incidieron en el resultado adverso excedería los alcances de esta exposición, por lo cual afrontaremos aquellos que nos parecen estructurales, y por ende prioritarios en la agenda de discusión, trazando sobre ellos algunas líneas generales.
Se ha intentado explicar el resultado del plebiscito en Francia y Holanda, haciendo hincapié en tres circunstancias que se consideran decisivas:
1) El “no” fue un voto castigo para los gobiernos de los respectivos países;
2) La adopción del Euro como moneda única, incidió negativamente en las economías locales;
3) El Tratado Constitucional no fue suficientemente “explicado” al ciudadano.
Estas tres afirmaciones encabezan holgadamente el ranking explicativo del resultado electoral. Son simplistas, superficiales y reduccionistas, y sin embargo sirven de punto de partida para aproximarnos a las causas profundas.
- Si admitimos el argumento del “voto castigo”, debemos también admitir que la instalación del concepto de Europa unida en el inconsciente colectivo no ha sido suficiente para reducir la preponderancia de las concepciones nacionalistas;
- Si admitimos el argumento de la incidencia negativa del Euro en las economías locales, debemos admitir que la idea de Unión Europea se instaló como un concepto de contenido fuertemente economicista;
- Si admitimos que el texto constitucional no fue suficientemente explicado a la ciudadanía, admitimos también que es un producto de la superestructura, una superestructura que no generó bases de consenso necesarias para el logro de la aprobación.
Tratando de ahondar un poco más en las causas del voto negativo, consideramos importante considerar algunos aspectos no relacionados ni con la economía ni con cuestiones coyunturales de política interna, y que sin dudas juegan un rol importante.
LA COMUNICACIÓN Y LA EDUCACIÓN
Nos parece interesante realizar algunas reflexiones acerca del desafío que plantea el proceso de integración europea desde una perspectiva de comunicación y Educación, y de la forma en que ambas temáticas pueden coadyuvar para reducir el perfil superestructural que caracteriza a
Acercar Europa a los ciudadanos requiere importantes transformaciones en el modelo establecido a la hora de culminar el proceso de integración. Quizás haya llegado el momento de considerar si el método funcionalista y tecnocrático de integración europea, impuesto por Jean Monnet y Robert Schuman, válido para los primeros 50 años del proceso, no debe ser sustituido por un modelo popular en el que la sociedad civil, de la que forman parte los medios de comunicación y la educación, desempeñen un rol más activo. No es posible soslayar la profunda relación existente entre las estructuras políticas y sociales, y la organización y el sentido de las noticias, ya que estas noticias influyen decisivamente en la formación o en el cambio de la cognición social de los lectores, como así también en la reproducción o la legitimación del poder de las elites (Abid, M. “El islamismo y su reflejo. La crisis argelina en la prensa española”, Madrid, 2.000).Podemos afirmar, con escaso margen de error, que Maastricht ha terminado con un modo de comunicación política: aquel modo en que las elites “saben” y dan lecciones a los pueblos que “no saben”. Coincidimos con Wolton, cuando afirma que “no nacerá el espacio político europeo sin una crisis en el papel de las elites, aunque sean ellas las que han hecho Europa”.
La política educativa de
El ciudadano europeo está todavía dominado por una educación y una historia nacionales, y el aprendizaje de la identidad europea varía considerablemente de un Estado a otro (Wihtol de Wenden, C., “La ciudadanía europea”).Como señala Garagorri en su obra “El currículo y la integración europea”, “El nivel real de integración europea de los jóvenes es decepcionante”. Revisar la cooperación, para reforzar una dimensión educativa común, implica, además de introducir elementos comunes en la currícula europea, poner en tela de juicio a los actores de dicha cooperación, es decir, los estados y
La prensa puede y debe contribuir a la formación de una Ciudadanía Europea, para lo cual es necesario, aunque no suficiente, explicar Europa en el sentido tradicional, es decir, transmitir los mensajes de las elites a las masas, sino que es preciso que se conviertan también en un efectivo canal de participación ciudadana en las instituciones europeas. En tal sentido, los especialistas en contenidos de la prensa europea, han señalado algunos aportes y propuestas que nos parece interesante señalar:
- Partiendo de la existencia de una temática común europea, y de fuentes, medios de comunicación y receptor de mensajes igualmente identificables, es necesario que los medios incluyan secciones informativas específicamente europeas, circunstancia que, según Díaz Nosty, en líneas generales no se verifica. La puesta en práctica de esta propuesta aparece a simple vista sencilla. Sin embargo, la lectura de los principales medios de prensa europeos, nos muestra que son precisamente los medios de comunicación quienes deben generar en sí mismos un cambio de mentalidad que les permita coadyuvar a la instalación del principio de identidad europea en el inconsciente colectivo. Una muestra contundente de la necesidad de un cambio de mentalidad en la prensa, la constituye una edición del diario Abc del año 1.998. Al no contar el diario con una sección específicamente europea, y casi 10 años después de la caída del Muro de Berlín, publica una serie de noticias de Europa bajo el título “Europa Occidental”, sin tener en cuenta que“los años de la guerra fría hicieron que en Europa se incrementase el uso del adjetivo occidental de una manera muy connotada para marcar las diferencias entre el bloque capitalista y el bloque socialista (...) Esta concepción de Europa en dos bloques se destaca por su anacronismo desde que tal división dejó de ser una realidad. Pero las continuidades y las dificultades para cambiar los hábitos adquiridos parecen seguir contando con una considerable incidencia.” (J. Prats, “Los jóvenes ante el reto europeo”, Barcelona 2.001).
- En cuanto al contenido de la información, si Europa pretende construir su propia identidad, es imprescindible imprimirle un marco continental al desarrollo de los diversos temas. Si se informa, por ejemplo, sobre medio ambiente, es preciso poner énfasis en la dimensión europea del medio ambiente, y en que
- Otra herramienta importante para hacer de la prensa un elemento de afirmación de la identidad europea, consiste en fomentar la cooperación e iniciar un proceso de integración de empresas periodísticas de distintos países del continente. En los países que integran hoy
Consideramos que resulta extremadamente difícil introducir una perspectiva europea apuntando solo al contenido de los medios de información nacional. Para introducir una perspectiva europea que consolide la identidad continental, es imprescindible que los medios transformen sus estructuras empresariales de ámbito estatal, en estructuras empresariales de ámbito europeo, para desempeñar un papel más activo en el proceso de construcción europea, de la misma forma en que cumplieron un papel importante, incluso decisivo, en el nacimiento de los estados modernos, en especial un rol de catalizador de la toma de conciencia nacional. (J. M. Nobre Correia, “Una Europa a la búsqueda de unos medios de comunicación”).
DÉFICIT DEMOCRÁTICO.-
Un tercer elemento que entendemos ha incidido en el fracaso de los plebiscitos ratificatorios en Francia y Holanda, sería lo que se ha dado en llamar “Déficit democrático”. La noción de Déficit democrático sobrevuela desde hace años los análisis sobre la marcha del proceso de integración. Definir el concepto genera controversias doctrinarias, pero podemos ubicarla en el marco de las diferencias que existen entre lademocracia formal, hegemónica entre los países europeos, y lademocracia participativa, modelo que contribuiría a acelerar y enriquecer la unificación, al permitir un mayor grado de compromiso por parte de la ciudadanía.
De haber mediado mayor participación de los pueblos europeos, no tendría sentido afirmar que una de las causas del voto por el “no”, es una deficiente explicación del contenido de
Estimamos que es fundamentalmente desde la perspectiva de la crisis de la democracia formal y de la necesidad de pasar al modelo de democracia participativa, desde donde deben buscarse las causas profundas del voto negativo, no solamente de los plebiscitos realizados en 2.005, sino también el “NO” danés de junio de 1.992, y el “NO” irlandés de junio de 2.001.Jean-Marie Domenach, refiriéndose al tratado de Maastrich, decía: “De repente, la población, inquieta, se da cuenta de que se ha construido algo. Se le pide que viva en esta casa nueva donde hay sitio para muchas familias, pero se han olvidado de explicarle cómo construir esta casa y lo que puede encontrar en ella. He aquí por qué ha tenido una reacción de inquietud frente a lo que se ha realizado, para nosotros, ciertamente, pero sin nosotros”. (Domenach, J.M., “El gran reto,
Una vez más, y esta vez a la luz de resultados electorales recientes, afirmamos que los procesos de integración carecen de una voluntad política que pondere aspectos relacionados con la identidad, la tolerancia y el enriquecimiento en la diferencia. Ponen énfasis en los aspectos económicos, y se perfilan como cotos de caza del capital financiero internacional. El rechazo al Tratado Constitucional, debe servir para formular una re-definición del proceso de construcción de
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Europa: lo que no se dice de la crisis
Por Vincenç Navarro
La crisis que están viviendo algunos países mediterráneos –Grecia (en especial), Portugal y España– e Irlanda se está atribuyendo a su excesivo gasto público, que se supone ha creado un elevado déficit y una exuberante deuda pública, escollos que dificultan seriamente su recuperación económica. De ahí las recetas que el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo (BCE) y el Consejo Europeo han estado imponiendo a aquellos países: hay que apretarse el cinturón y reducir el déficit y la deuda pública de una manera radical.
Es sorprendente que esta explicación haya alcanzado la dimensión de dogma, que se reproduce a base de fe (el omnipresente dogma liberal) y no a partir de una evidencia empírica. En realidad, ésta muestra lo profundamente errónea que es tal explicación de la crisis. Veamos los datos.
Todos estos países tienen los gastos públicos (incluyendo el gasto público social) más bajos de
Una causa de esta pobreza del sector público es que, desde
Son Estados que, además de tener escasa sensibilidad social, tienen escaso efecto redistributivo, por lo que son los que tienen mayores desigualdades de renta en
Es este tipo de Estado el que explica que, a pesar de que su deuda pública no sea descomunal (como erróneamente se presenta el caso de Grecia en los medios, cuya deuda es semejante al promedio de los países de
Por otra parte, la falta de crédito se debe al excesivo poder del capital financiero y su influencia en
Su excesiva influencia sobre el Consejo Europeo,
Añádase a ello los hedge funds, fondos de alto riesgo, que están especulando para que colapse el euro y que tienen su base en Europa, en el centro financiero de Londres,
Como bien ha dicho Joseph Stiglitz, con todos los fondos gastados para ayudar a los banqueros y accionistas se podrían haber creado bancos públicos que ya habrían resuelto los problemas de crédito que estamos experimentando.
En realidad, es necesario y urgente que se reduzca el sobredimensionado sector financiero en el mundo, pues su excesivo desarrollo está dañando la economía real. Mientras la banca está pidiendo a las clases populares que se “aprieten el cinturón”, tales instituciones ni siquiera tienen cinturón. Dos años después de haber causado la crisis, todavía permanecen con la misma falta de control y regulación que causó
El mayor problema hoy en
No ha habido una crisis de las proporciones actuales en el siglo XX sin que haya habido un crecimiento notable del gasto público y de la deuda pública, que se ha ido amortizando a lo largo de los años a base de crecimiento económico. EEUU pagó su deuda, que le permitió salir de
El mayor obstáculo para que ello ocurra en
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