SARAMAGO

Izquierda

«Nosotros tenemos razón, la razón que asiste a quien propone que se construya un mundo mejor antes de que sea demasiado tarde, pero o no sabemos transmitir a los demás lo que es substantivo en nuestras ideas, o chocamos con un muro de desconfianzas, de prejuicios ideológicos o de clase que, si no logran paralizarnos completamente, acaban, en el peor de los casos, por suscitar en muchos de nosotros dudas, perplejidades, esas sí paralizadoras. Si el mundo alguna vez consigue a ser mejor, solo habrá sido por nosotros y con nosotros. Seamos más concientes y estemos orgullosos de nuestro papel en la Historia. Hay casos en que la humildad no es buena consejera. Que se pronuncie alto la palabra Izquierda. Para que se oiga y para que conste».

José Saramago (16 de noviembre de 1922 - 18 de junio de 2010) ¡Buen descanso, Maestro!

sábado, 5 de junio de 2010

ENSAYOS


TLC: AMÉRICA LATINA Y EL DERECHO INTERNACIONAL ANTE EL DESAFÍO

(Exposición presentada en la UniversidadNacional de Cuyo, Mendoza 2.006, en el marco de las Jornadas ECSA de Derecho dela Integración)

Dr. Julio SALESSES*

I.- INTRODUCCIÓN

En la década del ochenta, los EE.UU. debieron re-formular sus estrategias de dominación en América Latina. Los añejos métodos de acción directa y el surgimiento de dictaduras militares diseñadas en Washington y ejecutadas por obedientes discípulos de West Point, se fueron poco a poco volviendo impresentables. Era necesario modificar la cara visible del modelo hegemónico. No más “marines” desembarcando en Centroamérica. No más Videlas ni Pinochets imponiendo la Doctrinade la Seguridad Nacionalpara garantizar, picana en mano, la imposición del liberalismo más ortodoxo. Había que darle a la ofensiva un perfil que hiciera menos evidente su crueldad. Había que instalar a la Escuela de Chicago en un marco político regional capaz de producir cierto espejismo de legitimidad, cierta ilusión colectiva de que los pueblos adquirían, por fin, su poder de autodeterminación, eligiendo gobernantes, modelos económicos y política exterior. Se otorga, entonces, la bendición al advenimiento de la denominada“democracia de baja intensidad”. Los tímidos intentos progresistas de los primeros años de esta etapa, son fácilmente neutralizados. La América Latina de los Videla y de los Pinochet, pasa a ser el escenario de los Menem, Los Fujimori y los Collor de Melo. Y de la mano de los líderes “modernos” de Latinoamérica, consagrados ellos por el voto popular, el continente, casi entero, ve la luz en 1.990 una criatura fraternalmente llamada Consenso de Washington, cuyo contenido puede resumirse en dos”paquetes” de políticas; por una parte las políticas de estabilización macroeconómica, y por otra, las de cambio estructural, que llamaríamos “políticas de las tres D”:

- Desprotección, vía liberalización comercial, financiera y de inversión extranjera.

- Desregulación, liberación de los mercados internos y defensa de los derechos de propiedad.

- Desestatización, vía privatización de las empresas públicas y reducción del gasto público. (Villarreal, René, “El Consenso de Washington” “Siempre”, México, 1.999).

En 1.994, los presidentes de las democracias de baja intensidad asisten ala Cumbre de Miami, para sentar las bases del mayor proyecto de recolonización

Regional: el ALCA(Calloni S. Y Ego Ducrot, V., “Recolonización o Independencia”, Pág. 79), objetivo de máxima que busca la eliminación de fronteras económicas entre Alaska y Tierra del Fuego, subordinando a todo el continente. La nueva política hemisférica norteamericana trasciende lo económico, e invade los demás terrenos de la vida pública, privada y cotidiana. Según Edgardo Lander, “hoy tiende a imponerse globalmente, tanto en lo ideológico como en términos fácticos, una potente utopía de construcción del futuro que podríamos denominar “utopía del mercado total”. No se trata de un inicuo imaginario abstracto, sino del diseño de un orden global que cuenta con los más poderosos dispositivos comunicacionales, políticos y, con frecuencia, militares. Dicho diseño puede ser definido como “la sociedad del mercado”,y su rasgo más característico radica en que el funcionamiento de la sociedad se da como un apéndice del mercado. En lugar de estar la economía enmarcada en las relaciones sociales, las relaciones sociales están enmarcadas en el sistema económico.

No obstante, poco a poco los efectos del libre comercio comenzaron a generar reacciones adversas.

- Seattle, 1.999. Miles de activistas sociales del mundo entero desarrollaron varios días de protesta en contra de los ministros de más de 80 países de la OMC que se reunían para seguir avanzando en los procesos de globalización.

- Cancún, 2003. La reunión de ministros celebrada en Cancún enfrentó las mayores manifestaciones realizadas hasta ese momento, con una fuerte presencia de representantes de movimientos campesinos de diversas partes del mundo. Las protestas lograron que las negociaciones no pudiesen seguir el cauce planificado por los diversos gobiernos. Muchos países no industrializados entendieron que seguir entregando sus países y economías tan abiertamente podía tener costos políticos importantes. Mientras tanto, la voluntad evidenciada por los EE.UU. de eliminar sus subsidios, era inversamente proporcional a su exigencia de eliminar cualquier protección a la agricultura campesina de los países en desarrollo.

La reunión de Cancún terminó en forma adelantada y sin acuerdos.

- Miami 2.003. Nueva reunión de los ministros que negociaban el ALCA, en busca de mejor suerte. Las protestas se repitieron, a pesar de un despliegue policial pocas veces visto. Una vez más, el espacio de maniobra y entrega por parte de los gobiernos latinoamericanos se vio reducido por la presión social. El gobierno de Brasil defendió algunas condiciones mínimas para su industria y agricultura, imposibilitando llegar a un acuerdo. Al igual que la OMC en Cancún, la reunión del ALCA en Miami terminó de manera adelantada y sin consenso posible.

- Mar del Plata, 2.005.George Bush intenta utilizar la Cumbre de Presidentes para “meter por la ventana” la discusión del ALCA en la agenda. Pese a los esfuerzos de Vicente Fox, encargado de hacer el trabajo sucio, el intento no prospera. El Bloque Mercosur y Venezuela se mantienen firmes. A pocas cuadras, en el Estadio mundialista, 60.000 personas celebran la anti-cumbre, rechazando el ALCA y reivindicando la unidad latinoamericana.

II.- EL PLAN “B”

Resistido el avance globalizador en Seattle; derrotada la OMC en Cancún; colapsado el ALCA en Miami y definitivamente averiado en Mar del Plata, asistimos desde entonces a la aceleración del Plan “B”. Descartada la subordinación masiva, derrumbado el objetivo de borrar las fronteras del continente, la idea de un solo tratado para toda América deja lugar a su variante bilateral: los Tratados de Libre Comercio, que actúan como elemento disociador, dificultando el avance de los procesos de integración tipo Mercosur, y configuran un intento de acelerar el paso a través de las negociaciones bilaterales o sub-regionales. Estados Unidos fue siempre muy explícito al respecto, y su estrategia ha sido denominada“liberalización competitiva”. La misma consiste en acercarse y presionar a los países más débiles o sumisos, firmar con ellos y avanzar hasta que los que han mostrado algún interés por mantener cierto grado de soberanía, cedan por aislamiento. Por ello la firma con Chile y Centroamérica, que desde el punto de vista de EE.UU. no tienen importancia económica. Por ello también el apuro para celebrar TLC con Panamá, República Dominicana, y los países andinos.

III.-TLC, MARCHA Y CONTENIDOS

La forma sinuosa, veloz y secreta en que se desarrollan las negociaciones de los TLC, hace difícil seguirle el paso a cada proceso en marcha. Sin embargo, a partir de los procesos ya terminados y de los textos firmados y publicados, es posible ver que lo que está ocurriendo es la imposición de moldes preestablecidos. De hecho, EE.UU. ya ha hecho saber que el molde que les interesa generalizar es el texto firmado por Chile. Por ello, las negociaciones se centran sólo en modificaciones formales y muy escasas, mientras la propaganda intenta desviar la mirada de elementos estratégicos que se incluyen, ocultando buena parte de lo que realmente está en juego.

Pese a que son promocionados por los gobiernos con la etiqueta del ‘libre comercio’, estos tratados incorporan en sus contenidos aspectos que trascienden lo que estrictamente se refiere a la exportación e importación de bienes. Incursionan en áreas tan diversas como son las inversiones, los derechos de propiedad intelectual, las compras gubernamentales, los servicios, las políticas de competencia, las telecomunicaciones y el sector financiero, entre otros. Por esta vía definen el marco que determina la orientación de las políticas públicas de las pequeñas economías suscriptoras del tratado.

A través de estos contenidos “extra-comerciales”, los TLC invaden competencias soberanas de los estados, como la definición de las políticas económicas nacionales y el control de servicios estratégicos, y afectan el cumplimiento y vigencia de los derechos económicos, sociales y culturales de la población a través de la normativa establecida en los capítulos de compras gubernamentales, comercio de servicios, derechos de propiedad intelectual e inversiones, que promueven los procesos de privatización de los servicios públicos por la vía de las concesiones. Estamos frente a un instrumento con amplios alcances, que incorpora entre sus contenidos una gama de mecanismos que conjugan prohibiciones a los gobiernos con derechos para las empresas extranjeras en materia de inversiones, tratos no discriminatorios, derechos de propiedad intelectual, “liberalización” de servicios y acceso a las licitaciones públicas. El TLC garantiza la legalización de privilegios y los convierte en derechos para las empresas transnacionales.

Con su ratificación por parte de los órganos legislativos de cada país,estos tratados se convierten en ley de la República, con mayor jerarquía jurídica que toda la legislación secundaria; no así en EE.UU.

La estructura y contenidos capitulares de los TLC responden a una lógica transversal que privilegia la ganancia por encima de los derechos humanos y la sustentabilidad. Es abrumador y desproporcionado constatar cómo estos tratados contienen una extensa lista de derechos otorgados a las empresas extranjeras, que contrasta con la omisión entre sus contenidos de mecanismos que garanticen el cumplimiento de los derechos sociales y económicos, y de la conservación de los ecosistemas.

EE.UU. procura establecer ventajas en relación con cuatro áreas:

contratos gubernamentales, rubros farmacéuticos, rubros agrícolas y propiedad intelectual. El capítulo de propiedad intelectual le otorga garantías legales a EEUU para:

a. apropiarse y monopolizar seres vivos y sus partes sin excepción (incluidas plantas, animales, genes y tejidos humanos). Ello impedirá y convertirá en delito la libre reproducción de plantas y animales y el libre intercambio de semillas;

b. apropiarse e impedir la circulación y el uso de conocimiento e información, incluido el conocimiento tradicional y el científico;

c. monopolizar la producción y venta de medicamentos; impedir que otros fabriquen medicamentos baratos incluso para enfermedades de gran importancia social como la malaria, la tuberculosis o el SIDA;

d. apropiarse de las creaciones artísticas y culturales, inclusive todo tipo de música, literatura, danzas, diseños, y permitir su uso, expresión o circulación exclusivamente mediante un pago;

e. impedir la actividad creativa en informática cuando ella ponga en peligro determinados monopolios;

f. apropiarse e impedir el libre uso de rezos, íconos, símbolos y rituales;

g. impedir la fotocopia de textos, incluso con fines de estudio;

h. castigar con multas y cárcel a quienes no acaten o sean acusados de no acatar las reglamentaciones anteriormente descritas;

i. lograr lo anterior sin necesidad de probarlo; el acusado debe mostrar su inocencia;

j. perseguir a quien supuestamente tenga la sola intención de no acatar algunas de las normas anteriores;

k. no se librarán de las sanciones, profesores, estudiantes, investigadores, escuelas, universidades, bibliotecas públicas o archivos nacionales.

METODOLOGÍA DE AVANCE.-

La estrategia de avance de EE.UU. en América Latina no es homogénea. EE.UU. entiende bien cuáles son los niveles de desarrollo económico y político de cada país y subregión. Podemos decir que ha dividido la región en cuatro áreas. En cada una de estas áreas ha establecido una estrategia propia de negociación. Este análisis heterogéneo se realiza a pesar de los elogios del Departamento de Estado en el sentido de que la región latinoamericana goza de una nueva homogeneidad producto de la existencia de regímenes electorales y democráticos.

- En primera instancia, EE.UU. identificapaíses donde el proceso de ajuste económico ha avanzado de manera más satisfactoria. En esta área se encuentran Chile y México. En el caso de Chile, la dictadura de Pinochet (1973-1991) ablandó a los sectores productivos y reprimió a los sectores populares con relativo éxito. Los gobiernos dela Concertación (1991-2004) han continuado las políticas de ajuste y han firmado un TLC con EE.UU. En el caso de México, los gobiernos de Salinas y Zedillo (1988-2000) sentaron las bases para profundizar los ajustes y sellaron su TLC norteamericano en 1994. –

- En segunda instancia, EE.UU. ha elaborado una lista de países con serios problemas de desarrollo económico e inestabilidad política. A la vez, son países que dependen en gran parte de EE.UU. Por un lado, sus programas de ajuste fracasaron, y por el otro su transición hacia la democracia electoral ha tenido serios problemas. La lista está compuesta por los cinco países de Centroamérica, cuatro países de la región andina, Panamá y República Dominicana.La inviabilidad de Haití la ha convertido en la excepción. EE.UU., con la complicidad de varios países de la región, actualmente ocupa militarmente ese país caribeño. Costa Rica también es una excepción en la medida en que su régimen electoral goza de estabilidad. En el caso de los países andinos, incluyendo Venezuela, los movimientos obreros se han pronunciado en forma conjunta en contra de los TLC a través del Consejo Consultivo Laboral Andino (En el Manifiesto de Cali del Consejo Consultivo Laboral Andino (2004) se señala “que los TLC son parte de las tácticas empleadas por el Gobierno de EE.UU. y las corporaciones transnacionales, en el desarrollo de su plan estratégico de cooptar a los países de América Latina para fortalecer su propio bloque de negociación, con el objeto de enfrentar las negociaciones que en el marco global se realizan con la Unión Europea, China, India, Japón y MERCOSUR.”)Por su parte, en Perú, y pese a la resistencia del Congreso, Alejandro Toledo considera un deber entregarle “la casa en orden” a Ollanta Humala o Alan García, y dedica sus mayores desvelos al avance de la firma de un TLC que permita el libre acceso del pochoclo peruano al codiciado mercado norteamericano.

- En una tercera categoría se encuentran los cuatropaíses afiliados al MERCOSUR y su asociado, Venezuela.Fueron en la práctica las demandas de Brasil por un acuerdo comercial competitivo y equitativo lo que hizo fracasar el ALCA en su reunión de Miami en 2003. El apoyo de Argentina a la posición brasileña encendió los motores en Washington para que se iniciara la ofensiva bilateral de los TLC, acelerada, como señalamos antes, luego de la Cumbre de Mar del Plata.

- En la cuarta categoría se encuentra Cuba, que vaya uno a saber por qué, no fue invitada por EE.UU. a sumarse a las negociaciones del ALCA, y que tampoco ha sido abordada para firmar un TLC. Al contrario, el gobierno de Bush, continúa la política de amenazas militares contra la isla caribeña.

IV.- LOS DESAFÍOS

Un análisis de la evolución económica global, permite inferir la existencia de una crisis de hegemonía por parte de los EE.UU.. Los retos del Lejano Oriente y dela Unión Europea a la dominación norteamericana se sienten a escala mundial y, de varias formas, en la región. Japón tiene en ella fuertes inversiones, especialmente en Brasil. China también avanza, y una empresa de ese país administra los puertos del Canal de Panamá. En esta coyuntura, falta la consolidación del proyecto latinoamericanista, que canalice las fuerzas transformadoras para enfrentar el siglo XXI.

Los arquitectos de los procesos de transformación social, son los pueblos que se organizan para definir las líneas de avance. Refieren Stella Calloni y Víctor Ego Ducrot en su obra “Recolonización o Independencia”, que hace algunos años, en un muro de los suburbios de Bogotá, podía leerse un “graffiti” que era todo un símbolo, una definición: “América Latina será Macondo, o no será”. Aquella frase encerraba un innegable poder de sugestión, de indagación. Alentaba asociaciones múltiples, y sintetizaba la necesidad de pararnos sobre identidades, pasados, culturas, resistencias, crecimientos, desbordes y hasta alucinaciones posibles en los mitos que heredamos y en los que hemos ido creando. En el mundo multi-polar que se perfila en el siglo XXI, la encrucijada latinoamericana es recolonización, de la mano de los TLC, o independencia, de la mano de la unidad soñada por San Martín y Bolivar. Es una planta de celulosa enfrentando a dos países hermanos por 100 puestos de trabajo, o es un continente capaz de generar un consenso político que le permita ver en la multi-polaridad del mundo una herramienta que pueda ser utilizada para diluir los efectos del modelo hegemónico norteamericano.

Pero más allá de las consideraciones políticas o económicas a las que necesariamente remiten estas cuestiones, me parece interesante concluir este trabajo llamando la atención sobre la responsabilidad que nos cabe a quienes tenemos la tarea cotidiana de trabajarjunto al Derecho,con el Derecho, o creando el Derecho. Ciertamente, tal vez no podamos hacer mucho, desde la cátedra o la doctrina, para torcer la dirección de la voluntad política; seguramente los tiempos del proceso de maduración de un concepto jurídico innovador irán a la zaga de los hechos que impone el pragmatismo desde el poder. Sin embargo, creo que no podemos eludir la tarea de ir generando e instalando nuevas formas de pensar el Derecho en general, y el Derecho Internacional en particular. Debemos imaginar vías que permitan acceder a una armonización del derecho mundial en un tiempo de globalización acelerada, y que eviten la hegemonía de las normas vigentes en los países dominantes. Es necesario reflexionar sobre la heterogeneidad, desarrollo y articulaciones de los diferentes tipos de espacio normativo, tales como el comercio, los DD.HH. o el medio ambiente. Cuando comparamos el espacio normativo de los DD.HH. y el espacio normativo del mercado, advertimos el distinto grado de aceleración con que ambos evolucionan. La Declaración Universal es de l.948, pero todavía no hay una corte mundial. Por el contrario, la OMCentró en funciones en 1.995, y su órgano regulador ya se está convirtiendo en una verdadera corte de comercio mundial.

La “caza del hombre”desatada luego del derrumbe de las torres gemelas, y la forma burdamente coactiva de imponer a los países más débiles los TLC, ponen claramente de manifiesto el carácter endeble del Derecho Internacional actual.

Es nuestro desafío ofrecer alternativas superadoras de las nociones de universalismo absoluto y de relativismo blando y amorfo.Alternativas que permitan construir, en el marco de las relaciones jurídicas internacionales, un pluralismo coherente y móvil.

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E S T U D I O J U R Í D I C O

Dr. Julio SALESSES

Emparanza 3.238 - Saladillo

02344-43-1311. Turnos: estudiosalesses@gmail.com

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MODELO HEGEMÓNICO Y POST-MODERNISMO

El modelo neo-liberal latinoamericano que tuvo su apogeo en los ’90 necesitó, como todo sistema político predominante, de un marco filosófico que lo legitimara, que justificara su contenido y diera sustento a la idea de inexorabilidad de su rumbo. Para ello, recurrió a las fuentes del post-modernismo. Filósofos de países centrales (Derrida, Deleuze, Vattimo, Lipovetsky y otros) imaginaron, para ser puestos al servicio de los centros del poder mundial, los paradigmas post-modernos: Deconstrucción, muerte de las ideologías, discontinuidad y fin de la historia, Des-centramiento.

Fue este el telón de fondo con el que los emergentes regionales del Imperio (Carlos Menem, Fernando Collor de Melo, Carlos Andrés Pérez, Alberto Fujimori, etc.) ejecutaron, entre trago y trago, su frívola parodia de entrega económica, impunidad y vaciamiento cultural. La historia había culminado con el triunfo por knock-out de la Economía de Mercado, ejecutada con un instrumento prolijo y nada amenazante para el poder económico:la Democracia Representativa (a la que podemos calificar comodemocracia de baja intensidad) inspirada en el modelo Constitucional norteamericano, que pone dique bajo formas legales a todo intento de modificación profunda del statu-quo, generando a la vez en los ciudadanos la ilusión de que votar cada dos años a legisladores y cada cuatro a Presidente, lo convierte en sujeto de participación. No existe ya, en esa concepción, La Historia, el denso devenir de la humanidad con sus tensiones dialécticas generando síntesis y derivando en nuevos procesos que enfrentan, a su vez, nuevas contradicciones. Existen solo las historias, leves , individuales. La historia es, en el post-modernismo, la vida privada, desligada de los otros, alejada de toda noción de destino común y de sentido solidario (1).

El Des-centramiento determina que el poder no está en ningún lado, y que está, a su vez, en todos lados. No hayUNcentro; CADA UNO es EL CENTRO. Trasladado a la esfera política, el des-centramiento trae bajo el brazo el certificado de defunción del Estado-Nación.

Sin embargo, las “verdades incuestionables” por su evidencia, que se habían vuelto tan transparentes, comenzaron a manifestar ligeros síntomas de incomodidad. Samuel Huntington, con su “Choque de civilizaciones”, se permite humildemente recordar la existencia y el potencial de Oriente (civilización sínica, mundo musulmán, etc.), sosteniendo a su vez que los conflictos entre civilizaciones son inevitables, puesto que cada una cuenta con sistemas de valores significativamente distintos. Argumenta que el crecimiento de nociones como la democracia o el libre comercio desde el fin de la Guerra Fría sólo ha afectado realmente a la cristiandad occidental, mientras que el resto del mundo ha intervenido escasamente. Luces amarillas se encienden en los paneles de control de los mentores del post-modernismo. Filósofos occidentales ellos, no escapaban a una constante del pensamiento occidental: “filosofía” es “filosofía de occidente”, y más acotadamente aún, “filosofía de los poderes centrales de occidente”.

Al señalamiento de Huntington, suceden “imprevistos” que sugieren que la historia tal vez no estuviera tan terminada como parecía. Los afro-subsaharianos hambrientos, condenados por el sistema a situación infrahumana, prefieren morir arriba de una balsa que tal vez les permita desembarcar en la Europa“civilizada”, “incluida”, que los recibe a tiros de Gendarmería, o en el mejor de los casos los reduce a esclavitud. En Latinoamérica, la brecha entre ricos y pobres, agigantada, lleva a los marginados a un escenario que se imaginaba clausurado: el de la lucha popular (2). El neo-liberalismo, modelo de exclusión, recibe de los excluidos la información de que Marx y Jean-Paul Sartre tal vez pudieran hacer todavía algunas acotaciones sobre el estado de cosas.

El indigenismo, el ecologismo, grupos raciales, minorías sexuales, etc., no responden ya a la lógica de funcionamiento que la De-construcción les había asignado: la de potenciar solo sus reivindicaciones específicas. Comienzan a interactuar, a planificar acciones en conjunto en busca de reivindicaciones múltiples. La trama colectiva, el sentido de pertenencia a una sociedad, vuelve a tejer lentamente su trama (3). Uno tras otro, se derrumban los paradigmas del pensamiento post-moderno.

Consecuentemente (y acotando el análisis a nuestro continente), poco a poco se comienzan a percibir en América Latina las consecuencias de dicho derrumbe. Surgen gobiernos de signo marcadamente distinto. Hugo Chávez accede a la presidencia de Venezuela, dispuesto a no gestionar lo que más arriba calificamos como “democracia de baja intensidad”. Plebiscita una Reforma Constitucional que se aleja significativamente del modelo norteamericano, y que es una herramienta legal efectivamente apta para generar un proceso de transformación profunda. Es apoyado por el voto popular de manera abrumadora. Su metodología fue luego repetida con éxito por Evo Morales, tal vez el emergente más ilustrativo del cambio de época. Un sindicalista preside Brasil. El Frente Amplio gobierna en Uruguay. Néstor Kirchner y Cristina Fernández imprimen, sorpresivamente, un sesgo nacional y popular a una Argentina casi acostumbrada a vivir de rodillas ante el Imperio, y acompañan (e impulsan) firmemente el proceso de integración regional. Surge Rafael Correa, lúcido Presidente de Ecuador. De la mano del voto popular, el Frente Sandinista de Liberación Nacional llega al Gobierno en Nicaragua, y lo mismo sucede con el Frente Patriótico Farabundo Martí para la Liberación Nacional en El Salvador.Fernando Lugo produce un quiebre en el poder feudal de Paraguay.

Poco a poco, el Estado va recuperando su rol planificador. Los bocetos de una sociedad más integrada y justa, van surgiendo, trabajosamente, de entre los escombros generados por el neo-liberalismo. Rancios poderes corporativos se van desplomando, no sin resistencia, por cierto.

Con luces y con sombras, Latinoamérica parece campo fértil para la construcción de sus nuevos paradigmas. El diseño es labor colectiva. Es creación popular. Es imaginarlos desde la noción de destino común de nuestros pueblos. Es soñarlos insertados en el marco de la Densidad Histórica.

Si, por el contrario, visualizáramos su confección como una tarea de elite; si los imagináramos prescindiendo de la idea de unidad continental; si abordáramos la tarea partiendo desde el mundo acotado de la vida privada, de la levedad históricaindividual, estaríamos construyendo los nuevos paradigmas con los paradigmas propios del post-modernismo.

JULIO SALESSES

(1) En la medida en que implican una postura ante el otro, también los valores son barridos por esta exaltación del individualismo. La corrupción generalizada de los gobiernos neo-liberales de los ‘90 es una consecuencia natural, un emergente de su base filosófica. No se responde “ante el otro”. “El otro” está, digamos, en su propia “vida privada”, que es “SU historia”.

(2) Los “Sin Tierra”, los movimientos piqueteros de Argentina, y centenares de agrupaciones similares de América Latina, no solo reanudan una lucha que se estimaba concluida; también lo hacen con una característica impensada poco antes, y que los convierte en objeto de verdadera preocupación para el stablishment: actúan de manera organizada.

(3) Se señala al atentado a las Torres Gemelas como el momento preciso que marca la derrota de la corriente post-moderna. Preferimos no poner la mirada en un hecho puntual, por más significativo que resulte. Son acontecimientos múltiples, de relevancia dispar, los que van marcando el derrumbe de los paradigmas post-modernos, independientemente de su magnitud simbólica.

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Dr. Julio SALESSES (Universidad de Buenos Aires)

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